Todos y todas tenemos sueños y metas que, de cuando en cuando, nos pasan por la cabeza. Tal vez queramos cambiar de trabajo, vivir en otro lugar, viajar, encontrar una pareja... Lo cierto es que, seguramente, tenemos bastantes ilusiones y ambiciones. Sin embargo, la mayoría de las veces, no nos detenemos a profundizar en ellos, sino que los descartamos por ser lo que son: sueños. Y es que somos especialistas en el arte de acallar nuestra vocecita interior, la voz de nuestros deseos, de matar, apenas nacidos, nuestros impulsos y de limitar las opciones entre las que nos permitimos escoger. Y lo cierto es que si queremos implicarnos de verdad en nuestra vida, es esencial darnos ese espacio-tiempo adecuados para desear, querer, soñar. ¿Y sabían que los expertos dicen que nuestros sueños pueden ser el principio de la vida que anhelamos? Y ellos aconsejan que podemos utilizar todo ese potencial a nuestro favor, empezando a escribirlos. Por una parte, el hecho de escribirlos nos permite priorizar, y por lo tanto invertir nuestra energía y esfuerzos de manera estratégica. Cuando los vemos escritos es más fácil distinguir nuestras pasiones profundas de nuestros deseos pasajeros. Por otras parte, nos ayuda a conseguirlos, a verlos materializados. Por eso, es muy importante que aprendamos a identificarlos correctamente. Y como el asunto tiene su truco, les voy a mostrar una serie de frases que pueden ayudarles: "Si no tuviese miedo a fracasar...". "Si fuese más joven...". "Si solamente me quedasen seis meses de vida...". "Si no me importaran las críticas de los demás...". "Qué es lo que siempre he querido hacer, pero siempre he temido intentar". "Si tuviese más tiempo...". "Si estuviese seguro de conseguirlo...". "Cuáles son las cinco cosas que más valoro en la vida". "Qué tipo de actividades me dan más sensación de importancia...". Lo cierto es que quizás encontremos cierta resistencia a escribir los sueños y objetivos, debido al miedo, postergación... "No quiero desearlo demasiado porque después me voy a desilusionar". Pero, ¿quién soy yo para ser tan ambiciosa/o?". "Si quiero tantas cosas me volveré demasiado materialista". "Es demasiado bonito para ser verdad". "El dinero es malo y corrompe". Pero, señoras y señores, todo es debido a eso, a las creencias limitantes. ¿Para qué ponernos límites aún antes de empezar? No debemos olvidar que soñar es gratis, es como plantar semillas de ilusión en la realidad. Por eso, ¿a qué estamos esperando?
