La aplicación del 75% en el descuento de los billetes marítimos para viajar entre las Islas que se ha comenzado a adoptar desde la pasada semana, pone de manifiesto una justa decisión para hacer más coherente esta Comunidad que debe derribar las barreras insulares que nos separan.
Siempre defendimos desde esta columna que cuando abaratemos el coste de los transportes y busquemos por el camino del mar las distancias más cortas para comunicarnos, el hecho insular caería por su propio peso, ya que solo del conocimiento se darían pasos de gigante para un mayor entendimiento entre los habitantes de esta región.
Precisamente este beneficio llega en el momento más propicio, cuando se inician las vacaciones veraniegas y se desea salir de cada isla para disfrutar unos días de descanso en otros lugares del Archipiélago. Es una forma de compensar el hecho insular donde el barco juega un papel fundamental en nuestras comunicaciones con unos servicios como jamás ha tenido Canarias en toda su historia por calidad, frecuencia e itinerarios desde las embarcaciones rápidas hasta los buques-ferries donde no solo se atiende al viajero sino también al transportista con un servicio puerta a puerta de mercancías que en otros tiempos era impensable.
Durante el pasado año casi nueve millones de pasajeros se movieron en el tráfico interinsular y no sería extraño que este ejercicio se finalice superando los diez millones de viajeros, poniendo de manifiesto que el mar no separa, sino que une a las islas en pleno siglo XXI, haciendo posible que los canarios y residentes estemos más cerca, ya que se han superado aquellos viajes insufribles de largas horas donde el mareo hacia mella entre los pasajeros.
