Hace justo un año fui nombrado alcalde de Teror para representar a todos y todas las terorenses, apoyado por mi partido, el PSOE, y los concejales del PP, conformando un grupo de Gobierno de 12 ediles, de los 17 que componen la Corporación municipal. Sin duda, fue una de las decisiones más difíciles de mi vida en el ámbito político tomar el bastón de mando de la alcaldía en un pacto de Gobierno donde dos partidos políticos antagónicos debían sentarse en la misma mesa para sacar adelante la gestión y el progreso del municipio, tras un periodo de crispación e inestabilidad política en el Ayuntamiento de Teror ocasionada por el anterior gobierno municipal cuatripartito.

En política no todo está escrito. El 9 de julio de 2016 me tocó a mí empezar a escribir un tramo de la historia de Teror totalmente nuevo, y que los propios ciudadanos del municipio decidieron con su voto en las urnas, al conceder a los dos partidos su confianza por igual con una representación mayoritaria de 6+6 concejales, y con un mensaje claro: hay que respetar, dialogar y ponerse de acuerdo. Y éste ha sido el principio que desde el primer día he intentado cumplir a rajatabla, anteponiendo siempre el bien de los ciudadanos ante cualquier posicionamiento político.

Mi trayectoria profesional y mi experiencia en la política municipal, en especial este año al frente del Ayuntamiento de Teror, me ha demostrado que por encima de la política, están las personas. Si hay entendimiento, respeto, comprensión y, sobre todo, si eliminamos los prejuicios, las cosas funcionan mucho mejor. No cabe duda de que la ideología es muy importante a la hora de observar y buscar soluciones a nuestro entorno y nuestro mundo. Pero en la política activa, es fundamental además que haya buenas personas. Por eso, debo reconocer que este año de gobierno ha sido posible porque, por encima de las ideologías políticas, está formado por un equipo de buena gente que queremos lo mejor para Teror y sus ciudadanos.

Han sido 365 días muy intensos, de mucho trabajo, esfuerzo, dedicación y cargados de mucha responsabilidad, pero también de un quehacer muy ilusionante, en el cual me he sentido muy cómodo desempeñando mi cometido como alcalde, coordinando y dirigiendo las tareas de gobierno al mismo tiempo que representándolo institucionalmente. Gracias al trabajo en equipo y a la implicación diaria de los componentes del grupo de Gobierno, hemos proyectado y trabajado con tres objetivos claros y precisos. El principal, proporcionar sentido común, templanza y rigor a la gestión municipal; en segundo lugar, trazar una hoja de ruta con un proyecto definido y con unas metas a alcanzar; y tercero, lograr que los servicios públicos fundamentales estuviesen garantizados, los servicios sociales, los servicios de agua, alumbrado, alcantarillado, limpieza viaria, recogida de residuos y mantenimiento de vías, etc.

Puedo asegurar que estas tres líneas de actuación, entrelazadas entre sí, han dado como resultado un perfecto triángulo que proporciona estabilidad en todos sus lados y sentidos. Teror vuelve a estar en marcha y en la senda del progreso del municipio y el bienestar ciudadano. En estos doce meses transcurridos, se han realizado o resuelto más de un tercio de las 150 actuaciones o tareas con las que nos comprometimos en el pacto de gobierno, y se han sentado las bases para culminar prácticamente todas las restantes y alguna más que ha ido o irá surgiendo.

Comenzamos relanzando la maquinaria municipal que estaba en vía muerta, aprobando el presupuesto después de un año prorrogado, herramienta imprescindible para el desarrollo del municipio, permitiendo la inversión que estaba paralizada. También se canceló completamente la deuda de casi 2,5 millones de euros que quedaban por liquidar.

Nuestro trabajo en ese aspecto nos permite asegurar que actualmente Teror cuenta con un plan de inversiones para este 2017 de tres millones largos de euros, a los que en breve se le sumarán otros dos millones de inversiones financieramente sostenibles. Así mismo se está proyectando y realizando múltiples gestiones, con instituciones públicas y privadas, para seguir afrontando las diversas y necesarias inversiones para el progreso de nuestro municipio.

Podemos enumerar a grandes rasgos algunas de ellas, como la mejora y desdoblamiento de la carretera de Tamaraceite a Teror GC-21; el enlace directo de esta carretera con la circunvalación GC-3; la mejora desde el cruce de Valleseco-San Mateo al Casco de Teror; el anillo hidráulico o interconexión de los depósitos de agua; la Residencia de Mayores y Centro de Día; la restauración y conversión en Centro de Interpretación el inmueble municipal de la Plaza del Pino; la culminación del Alberque los Sequeros; asfaltados múltiples en todo el municipio y mejoras y limpieza de márgenes de calles y caminos; diversas obras de alcantarillado en distintos barrios; mejora del velatorio en el Cementerio Municipal; sustitución de todas las luminarias del alumbrado público por otras Led; mejoras cuantiosas en parques infantiles, en la Zona Deportiva, en la Zona Comercial Abierta; y así un largo etcétera de acciones que nos permitirán cumplir lo acordado y al mismo tiempo dar respuesta a lo que el municipio necesita.

Pero no todo son obras, también proyectamos y actuamos en cultura, festejos, deportes, participación ciudadana, juventud, urbanismo, comercio, sector primario, comunicaciones, turismo, solidaridad, formación, nuevas tecnologías, etc. Y en lo que es más importante, en las personas más vulnerables o necesitadas a través de una ingente labor en Servicios Sociales, donde el Ayuntamiento aporta dos tercios del coste de los mismos pese a que este servicio es competencia de la Comunidad Autónoma.

Aunque desde el Gobierno municipal trabajamos para cumplir los objetivos propuestos y acertar al máximo, la maquinaria administrativa no siempre va al ritmo que quisiéramos, y hay cosas que no salen como nos gustaría. Ante ello, autocrítica, humildad y aprender de las experiencias negativas. En definitiva, Teror está en marcha, y camina con rumbo fijo por este siglo XXI, sin prisa pero sin pausa, afrontando los retos que se necesitan para seguir siendo un referente de buena gestión, de generación de riqueza y de sitio encantador para vivir.

Por eso, cuando el próximo mes de enero ceda el bastón de mando de la alcaldía a José Luis Báez, cumpliendo mi compromiso y el de mi partido con el pacto de Gobierno, estoy seguro de que este año de estabilidad política en el Ayuntamiento continuará dando sus frutos por el bien del municipio y de sus habitantes. Por ahora, a mi me toca estar al frente. Y les aseguro que lo hago con el máximo compromiso y la mayor ilusión, rodeado de un plantel extraordinario de empleados municipales y de compañeros concejales y concejalas implicados en la causa. Todo unido ofrece un magnífico resultado: un mejor y más grande Teror.