La cultura del ocio y del entretenimiento evolucionan sin parar en un mundo donde la globalización y la revolución tecnológica de la era digital marcan toda actividad humana y económica. Desde hace años, el sector de los videojuegos se ha venido destacando como uno de los de mayor desarrollo y proyección en todo el planeta no sólo en el ámbito industrial, sino también en el social, mostrándose cada vez más como una actividad que tiene mucho que ver con la comunicación entre personas y las relaciones entre colectivos e incluso entre ciudades o países, y que se proyecta de manera imparable hacia otros sectores y ramas de la cultura popular, la formación, la innovación, la nutrición y la economía.

El gran salto cualitativo de este sector y de esta actividad se está dando desde lo que hace ya algunos años se manifiesta como un tecno-deporte, cuya práctica es cada vez más colectiva y conectiva a través de las herramientas digitales, pero también de la versión más tradicional y festiva como es el evento deportivo en vivo. Los Hearthstones, CS:GO, StarCraft o League of Legends, tres de los más conocidos juegos de competición electrónicos, van camino de convertirse en los nuevos grandes clásicos de la pantalla, pero capaces también de concitar llenos en pabellones y ferias convertidos en auténticos woodstocks digitales de la modernidad.

Canarias se está empezando a colocar en el mundo de los eSports; son ya múltiples los elementos que configuran una naciente plataforma de asentamiento de esta actividad, desde las distintas iniciativas para su organización y práctica, como las diferentes ligas que ya se disputan a nivel regional o insular, hasta la aparición de los primeros grandes competidores o gamers canarios, que ya concitan la admiración de miles de aficionados y participan en eventos y campeonatos nacionales e internacionales. También se están concretando distintos proyectos y plataformas para la promoción de este sector en lo que de actividad económica emergente tiene y en cuyo impulso deben sumarse cuanto antes y sin reservas las administraciones públicas canarias y en particular el Gobierno de Canarias.

Tal como señalan algunas de estas plataformas, Canarias ofrece inmejorables condiciones para favorecer un crecimiento exponencial del gaming, los eSports y otras actividades ligadas al uso del espacio digital. El tecno-deporte supone innovación, juego, socialización, empleo, turismo y educación. La oferta de ciclos formativos y estudios universitarios relacionados con los videojuegos es cada vez más amplia. Y paralelamente constituyen en la actualidad una actividad que lleva asociada una inmensa red de valores añadidos a través de la diversidad de entornos de práctica y competición, de los servicios y los equipamientos necesarios, del volumen económico implicado o del carácter universal de su población.

Muy lejos del perfil del adicto al videojuego, pegado todo el día a la pantalla, sedentario y con insanos hábitos alimentarios, estos nuevos deportistas se comportan como tales, manteniendo incluso una preparación física profesionalizada con sus correspondientes entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, nutricionistas e incluso psicólogos. No en vano algunos de estos nuevos deportes están considerados como novedosas versiones del ajedrez. El comité de la candidatura olímpica de Los Ángeles 2024 ha comunicado al COI su intención de incluir los e-Sports dentro del programa olímpico de esos juegos.

Para muchos analistas económicos, los eSports son un presente con una importancia estratégica en lo social, lo educativo, lo económico y lo deportivo. El mercado movió en España el año pasado cerca de 1.200 millones de euros, un 7,4% más que en 2015, y se cifran en 24 millones el número de españoles que juegan a algún tipo de videojuego. El Barcelona Games World es la gran feria del sector en España y a su última edición del pasado octubre acudieron unos 130.000 asistentes durante seis días. Y hace sólo unas semanas, también en la capital catalana, el Gamelab 2017 convocó a miles de diseñadores, creadores, patrocinadores y jugadores del deporte virtual de todo el mundo. Estos mismos días se celebra en Valencia el DreamHack, con 3.000 participantes entregados a la causa. Empresas como Telefónica, El Corte Inglés, Media Markt o Asus patrocinan equipos o eventos en todo el territorio nacional.

Es un sector generador de empleo y muy ligado a la industria digital, la innovación y el talento, y su desarrollo en Canarias puede tener una gran influencia sobre el turismo. Si Canarias logra combinar su zona especial económica y un marco fiscal adecuado, las ventajas competitivas para alentar esta actividad en las islas son inmejorables. Canarias tiene que prepararse para estar en disposición de hablar este idioma internacional de juego sin fronteras de la era digital, un lenguaje que no entiende barreras físicas y para el que la insularidad, la fragmentación territorial y la ultraperifericidad no suponen ningún hándicap en su implantación.

El actual proceso de debate y elaboración de la nueva Ley del Deporte de Canarias otorga la oportunidad de conceptualizar esta actividad como deporte, otorgándole una definición y una regulación en el marco de ese nuevo espacio que viene definido por los eSports, donde se establezca un espacio de seguridad jurídica, al menos para contemplar un modelo inclusivo en el mismo nivel de otras actividades socialmente entendidas como "deporte o competición". Una actividad con la implantación social real como esta y con su potencial de proyección sobre otras actividades económicas, no puede mantenerse en el limbo de las relaciones comerciales o mercantiles pues suponen un riesgo real para quienes participan en ella, independientemente de la condición y calidad en la que lo hagan.

Personas y colectivos del sector han aportado al borrador de la ley una serie de observaciones y propuestas, donde han incidido en la necesidad de incluir el espacio digital en el deporte como una realidad incuestionable que adquiere cada vez más adeptos. Si hay federaciones de billar, ajedrez, colombofilia u otras en trámite como la de dominó, es muy pertinente preguntarse cómo no se va a considerar a los videojuegos como una realidad patente que requiere de una regulación inmediata para dar seguridad a sus competidores y eventos, y cobertura a las amplias y extensas redes competitivas que existen.

Es verdad que la consideración de los eSports como expresión deportiva es algo que abre un polémico debate, pero ejemplos existen de actividades no específicamente ligadas a un ejercicio físico que así se consideran (el ajedrez es el ejemplo clásico) y sobre cuya necesidad de regulación en el marco de una ley del deporte nadie discute. Los eSports generan inversión y constituyen un nuevo factor de creación de empleo y es urgente darles el amparo jurídico-administrativo que precisa el sector para su implantación, la seguridad de los inversores y de los participantes.

Canarias tiene la oportunidad de convertirse en una referencia internacional en este campo para atraer inversión privada, localizar y posicionar una industria emergente que dé salida al etalent existente, que además es complementaria al turismo, y que puede propiciar una implantación creciente de las nuevas tecnologías en todos los sectores productivos y formativos de las Islas.