Querido amigo, cuando el Gobierno anuncia una rebaja fiscal, hay que ponerse a temblar porque, lo que unos dejan de pagar lo tenemos que pagar los otros.
La Administración ha desarrollado una tecnología perfecta para conseguir que la maquinaria gubernamental funcione a su conveniencia, que no a la de los ciudadanos, y los gobiernos se sustentan en sus preferencias para decidir a quién prestan atención.
Mientras tanto, el engranaje del Estado se ha ido engrasando a base de dinero público para lograr que a la hora de cotizar no quede títere con cabeza. Solo que hay títeres y titiriteros, y son estos últimos los que marcan el ritmo al que los demás bailamos.
Dicen que para que un gobierno funcione necesita de mayorías, y dicen bien en cuanto al gobierno se refiere, pero no al de los gobernados. Si no, Gregorio, y gracias a minorías como NC, seguiríamos pagando casi el doble en los viajes interinsulares y se prolongaría indefinidamente la Ley Electoral Canaria.
Cada persona un voto o, mejor, cada persona un partido, y a ver si así conseguimos que los intereses de cada uno estén representados en el Parlamento.
Por lo demás y mientras exista esa diferencia de medios entre la Administración y el administrado, fuera bancos ni nada que facilite disponer a nadie de nuestro dinero, y si me permites la licencia poética, que te folle un toro, Montoro, que a eso no jugamos.
Necesitamos una Administración del Estado y no para el Estado. Una Administración que nos proteja de los abusos de quienes, amparados por el Gobierno de turno, se benefician de privilegios a costa de los cotizantes más débiles.
Nunca antes habíamos dependido tanto de la gestión bancaria impuesta por el gobierno y solo hay que pasar por las sucursales bancarias a finales de mes para verlo. Allí se concentran todos los pensionistas que, bastón en mano, se disponen a librar la batalla mensual de sacar su dinero del banco. Les espera un largo viacrucis de idas y vueltas a mostradores y cajeros.
La gente mayor no se maneja bien con los cajeros y prefiere pasar por el mostrador, sobre todo después de que decidieran "actualizar el sistema para mejorar el servicio". Qué cara más dura.
A final del pasado junio el ambiente en la central de Bankia era particularmente festivo: la gente andaba ansiosa por disponer del dinero de la paga extra, pero el servicio estaba mermado y la cola en los cajeros se prolongaba a lo largo de la calle.
No sería de extrañar que, por mor de aguantar la espera, la gente decidiera ir al banco con una sillita de playa, la fiambrera de tortilla y un termo de café con leche. Eso si no se nos adelantan ellos con un servicio exclusivo de cafetería. Ya has visto lo rápido que han montado sus propias inmobiliarias. Nos propondrán un "Servicio bancario de todo incluido" de modo que no tengas que salir del banco para gastarte todo el dinero. Tendrás supermercado, cafetería y todo lo que necesites a cambio de domiciliar la nómina. Eso sí, un servicio digital sin personal, para que vayas a quejarte al cajero automático.
En resumen, Gregorio, que lo que quieren es que tu dinero entre en el banco para quedarse. Es el "Banco todo incluido" que ellos sueñan... y el de nuestras pesadillas.
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
