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gente corriente

Qué suerte vivir aquí

Para qué me pondré yo a bucear en los datos. Un vicio periodístico que, para mayor tortura, no me quito ni en verano. Esta vez la crueldad llega con la estadística comparativa de los salarios en Canarias. En estado catatónico te quedas cuando compruebas que se trabaja por unas cuantas monedas.

Según recoge el Istac, el coste medio salarial de un empleado en las Islas es de 1.550 euros/mes. Esto es bruto, es decir, antes de que Montoro te pase la guillotina, y una cifra que supone 280 euros menos que la media de España.

Ya sabíamos que, año tras año, Canarias se sitúa en el pelotón de cola de los sueldos de este país pero no hay nada para deprimirse que ahondar en las cifras, algunas dignas de Expediente X.

Siempre nos habían dicho que este archipiélago tiene sueldos bajos por su estructura económica en la que predomina el sector servicios, mal pagado y culpable de hundir la media. Por el contrario, aquellas comunidades autónomas donde brilla el sector industrial disfrutan del top salarial.

Sin embargo, no es del todo así. Si bajamos al detalle de los sectores económicos y los comparamos con otras autonomías, el mito nos estampa en la cara porque aquí las empresas pagan menos seas del gremio que seas.

A ver. El sueldo medio industrial en España es de 2.179 euros y en Canarias es de 1.779, lo que supone 400 euros menos al mes. En la construcción, la diferencia es de 234 euros en perjuicio de los canarios, la misma cantidad que cobramos de menos en los servicios.

Pues qué suerte vivir aquí y que venga la bruja Lola a explicarlo. Quizás aclare por qué un trabajador de servicios en las Islas cobra de media 1.540 euros, por debajo del sueldo en el mismo sector de uno de La Rioja, de Aragón o de Castilla La Mancha, regiones que no son precisamente potencias turísticas.

Al margen de responsabilidades empresariales -que las tienen y mucho- bajo estos números laten graves problemas de fondo. De esos que no entienden en ese mundo peninsular con sueldos más altos y que todavía se preguntan por qué tenemos una presión fiscal menor y un REF.

Lo que no significa que aquí nos tumbemos a la bartola esperando el maná. No hacemos los deberes. Ni de lejos. A las carencias en formación se une un gasto en I+D, una de las claves para el progreso de una sociedad y de sus sueldos, que es para partirse de la risa.

Según los últimos datos conocidos, en 2015 destinamos 202 millones de euros a la investigación y el desarrollo, lo que supone un 0,48% del PIB. Como comprenderán, con este mínimo esfuerzo de administraciones y empresas a poco se puede aspirar.

Y menos mal que el Gobierno de Canarias está empeñado en un cambio de modelo. Ya me quedo más tranquila pensando en el Silicon Valley que vamos a montar. Sobre todo con los recursos de las empresas canarias que aportan a ese gasto en torno al 19% a diferencia de la media española que lo hace en un 52%. Qué suerte vivir aquí.

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