Los más ambiciosos y entendidos del pueblo ya han sacado, a ojo de buen cubero, sus cuentas en el sentido de que la plantilla actual parece mejor que la del ascenso con Paco Herrera, mientras que otros recuerdan que es lo mismo que se dijo en la anterior, con el mando de Quique Setien. Y como tal se nos mostraba en aquel principio en el que en vez de jugar al fútbol parecían pasear un particular Danubio amarillo.

Y se nos atraganta recordar el día del Sevilla en que Vitolo -entonces andaluz por profesional- utilizó en nuestra contra la estratagema del freno injusto que entre otras cosas fue origen de que el amarillo que iba para capitán quedara en soldado raso casi fuera de la tropa de élite... ¡Con lo que vale eso para un pueblo como el canario!. Tanto vale que desde 1951 en que ascendió a Primera división, entre subir y bajar, se han vertido mares de lágrimas que no se quieren repetir. Es mucho eso de permanecer en Primera. La última ausencia duró trece temporadas, y por no descender ni que haya amenaza de ello, ya ven cómo está el patio; fortaleció su organización, lucha por no naufragar económicamente, y sus trueques deportivos se estudian al límite entre escarceos del exterior y vigilancia de la escuela propia, de la que salen contrastados internacionales, mereciendo una respetuosa atención colectiva nacional, en la que no figura ni quiere figurar como rival del montón o del tres al cuarto, como se dice.

Formalidad y auto respeto, son herencias de don Jesús, aquél callado y fiel secretario general que conviene recordar cuando comienza otra temporada, y todavía no se sabe bien el origen de la carcoma anterior entre vestuario, asesores y futbolistas, ni si se fue el entrenador Setien por diferencias o razones en plena competición.

Nada anticipado en fútbol tiene valor, es preciso confirmarlo, y tan confirmada está la baja de Quique, como la subida de Márquez ultima catapulta de los filiales hace unos días hasta Segunda B, y convertido en puro experimento para la UD en Primera División.

La película de la UD presidida por Miguel ngel Ramírez, no sólo no pasa desapercibida en el mundo futbolero con decisivos experimentos de superación, sino que produce internacionales; Roque, rebautizado Roki entre guiris allá donde está, y Jonathan; trae a otro, Jesé a quien soltó; patrocina la operación Vitolo que aún siendo temporal, de estancia, puede acabar produciendo de aquí a diciembre un temporal de otra cosa (emociones) ha repescado, por si se repone, al Chino, el que hace recordar a aquel cañoncito-pum que en tiempo pasado metía sus goles relámpago en el Real Madrid...

A todo esto la mano alerta no ha parado en todo este tiempo con gente que es algo en el fútbol como Boateng, Calleri, Mauricio, Tana, Simón, Momo... el de los penaltis con puerta chica y pelota grande. En fin, por no citar una guia telefónica de jóvenes del fútbol que ha sido siempre Canarias, está delante de la vista y examen de gente que les vigila de cerca o a distancia a sabiendas de que la cantera existe entre esperas, confirmaciones y efectos. Y cuando destaca, que no es siempre, hay que reconocerla y orientarla aunque sea mezclándola con lavas o arenas de otra montaña.

Ya ponen en marcha una nueva liga, decimos. ¿Que se tiene una plantilla mejor; opina la gente? Es posible. Pero hay que confirmarlo cada semana, que eso ya se dijo en la temporada anterior y ya ve ¡por los pelos! Ayer, sorteo y... a correr, otra vez en Mestalla.