Me da igual que el presidente del gobierno sea Mariano Rajoy o cualquier otro, bueno... o casi, pero que me vengan a estas alturas a decir que un presidente del gobierno de España debe tener el mismo trato que cualquier ciudadano, aparte de ser falso, es imposible. En ningún país de Europa, no sólo los presidentes, sino muchísimos otros, no tienen la misma consideración que el resto de los mortales. Cuando, por poner un ejemplo, asiste D. Mariano a ver un partido al Bernabéu, ¿entra por la misma puerta que el resto de aficionados ? ¿viaja en metro cuando realiza una visita de estado? ¡Pues no! ¿Entonces? ¿ Realmente por qué están empecinados los jueces en que asista de forma presencial a los tribunales? Acaso existe el interés de que, asistiendo como testigo, sea mediáticamente aprovechada la foto del paseíllo para mayor gloria de la oposición, la prensa amarilla y sensacionalista. Ustedes juzguen si es coherente y no supone un agravio comparativo cuando no sólo los etarras han testificado vía plasma sino que también numeroso políticos, entre los que podríamos nombrar a Bescansa, Errejón, Chaves y un largo etc. lo han hecho, desde el 2015, a través de una pantalla. Como decía el ingenioso hidalgo: "Cosas peores veredes, amigo Sancho".
En definitiva por mucho que se empecinen algunos, ni el presidente de este gobierno ni cualquier otro cargo de relevancia ya sea político, militar o eclesiástico ni tienen, ni han tenido, ni tendrán, el mismo trato, ni aquí, ni en la Cochinchina, que el resto de mortales; lo diga Agamenón o su porquero. En este país los jueces y los árbitros de fútbol mandan más que lo que mandaba Franco.
Semanas atrás, en el foro que Prensa Canaria organiza, tuve la ocasión de escuchar al consejero delegado de Atresmedia que confirmó lo que muchos ya sospechábamos sobre cómo y de qué forma están cambiando las cosa en los medios de comunicación a nivel global. La irrupción de los diferentes medios digitales ha provocado una avalancha de información sin contrastar que la mayoría consume de forma inmediata sin poner el más mínimo reparo en asumirlas como veraces. Mientras tanto, que Dios te coja confesado si te pillan porque te despellejan sin el más mínimo miramiento. Rememoramos tiempos pretéritos donde la sagrada congregación de la romana y universal Inquisición campaba a sus anchas. No debemos olvidarnos que un periódico tendrá siempre las mismas páginas haya o no noticias, dicho esto, no hay que perder de vista que donde esté encendido un televisor, hay alguien que no está leyendo.
