La Provincia - Diario de Las Palmas

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el callejón del gato

No en nuestro nombre

En los últimos tiempos, después de cada ataque terrorista, hemos asistido a un sinfín de manifestaciones de las diferentes comunidades islámicas donde las frases más repetidas no fueron otras que "no en nuestro nombre" o "no nos representan". ¿De verdad, a estas alturas, queda alguno que piense que estos siniestros personajes quieren representar a alguien?

Uno de los escollos donde la sociedad occidental tropieza para poder comprender el modus operandi es el desconocimiento que existe sobre el fin último que persiguen los terroristas. De las diferentes facciones a la hora de interpretar el Islam, es el Salafismo la más radical y cuyo objetivo último es instaurar en todo el mundo el califato que acabe con nuestra forma de vivir y de pensar. No debemos permitir ni un minuto más que sigamos importando imanes salafistas que, strictu sensu, emergen desde el siglo VI para regenerar el Islam y volver a los orígenes. Estos predicadores del exterminio que, por cierto, se parecen mucho a los del holocausto o a los del Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn, acceden a liderar sus diferentes mezquitas sin haber pasado ningún filtro que les acredite los conocimientos necesarios; vamos, que no han pasado por ningún seminario y, por supuesto, sin que se conozca cuál ha sido su pasado.

Lamentablemente esta apocalíptica situación se volverá a repetir más temprano que tarde. En vista de lo cual, es necesario que saquemos cuanto antes las conclusiones sobre lo ocurrido, antes tendremos las armas necesarias que nos permitan poco a poco poner cerco a este cáncer que amenaza con destruir nuestra civilización que tanto nos ha costado conseguir a lo largo de los siglos. Si algunos insisten en actuar como idiotas, deberemos tratarlos como si lo fuesen: o espabilamos o repetiremos la página más negra de nuestra historia reciente.

La vida se compone de un 10% de lo que pasa y 90% de cómo reaccionamos.

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