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Reflexión

Conceptos básicos para el nuevo curso

Nerviosos por la vuelta al cole? Normal, comenzar un nuevo curso siempre provoca inquietud. El periodo de desconexión estival ha terminado y toca volver a revolcarse en la cochiquera de la actualidad, ¡ahora con un 12% más de barro y vergüenza ajena! Regresa el rocanrol, la canela fina, la tralla dura que nos marcará el ritmo durante los próximos meses.

Quizás os sintáis un poco desubicados o se os hayan olvidado las características fundamentales de la cochambre que nos rodea. No pasa nada, aquí estoy yo para hacer un repaso de algunos conceptos básicos con los que se nos va a intentar convertir en gente de bien, en personas respetables, sensatas y con sentido común. El horror. Porque la tregua veraniega ha finalizado y es necesario prepararse mentalmente para no acabar atrapados en el lado oscuro. Así que abrid vuestras libretas, sacad vuestros bolígrafos de purpurina y tomad nota de todo lo que no debéis aprender este año.

1. Empleo. A pesar de que hay miles de trabajadores al borde la pobreza y de que tener un sueldo ya no te garantiza una vida digna, se nos intentará inculcar que la época de vacas flacas es historia y que por fin reina la alegría. ¿La precariedad? Una tendencia fresca, dinámica, moderna y rebosante de potencialidades. ¿Los derechos laborales? Una antigualla, los pololos de una muñeca de porcelana.

2. Refugiados. El Mediterráneo se ha convertido en una tumba para cadáveres anónimos, pero de alguna forma hay que evitar que esos humanos que hablan raro perturben nuestra vida cotidiana con su deseo de seguir vivos y escapar del sufrimiento. Mejor que se queden en su casa para ser pasto de las bombas y el hambre. Como mucho, podemos traernos a alguno de esos niños sirios tan bonicos de ojos grandes, que quedan bien en las fotos.

3. Machismo. Este tema está claro como el agua: desde que nos dejan votar y llevar pantalones ya no hay machismo. Las mujeres nos quejamos por puro aburrimiento. Y tampoco nos matan, nos agreden ni nos discriminan tanto, que es que somos muy exageradas. Ni machismo ni feminismo, patatas fritas.

4. Jóvenes. A ver cómo lo explico, la juventud actual es lo peor. Una panda de vagos, irresponsables e ignorantes que no valoran la Transición ni el consenso. Todo el día pegados al teléfono móvil, sin ganas de emprender, esforzarse o meterse en una hipoteca a 40 años. A picar en la mina les ponía yo.

5. España. Muy sencillo: España es lo máximo, Dios encarnado, nación milenaria, unidad indisoluble. Y todos los que no lo crean así son unos traidores malnacidos. Punto.

6. Corrupción. En este caso, disponemos de dos relatos paralelos. Por una parte, nos dirán que está ya todo controlado, que algunos tipos malos hicieron maldades pero ahora todo ok, todo correcto, circulen. Al mismo tiempo, nos contarán que todos los políticos son igual de ladrones, así que mira, qué más da. Un par de quejas, mucha resignación, asumimos la corrupción como un mal inevitable y a tirar.

Con semejante temario de los horrores cualquiera sentiría deseos de hacerse bicho bola e irse a llorar bajo un chopo. Sin embargo, debemos reprimir ese impulso y utilizar nuestra energía para intentar sobrevivir al aluvión de ranciedad que se avecina. Vamos, igual que hacemos todos los años.

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