La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde el más acá

El circo mundial de los ovnis

El 24 de junio se cumplieron 70 años de la manía de los ovnis y, en general, el aniversario pasó sin pena ni gloria, excepto para los abundantes círculos de aficionados de Internet y unos cuantos periodistas que son básicamente fabricantes de patrañas sobre "misterios". El nivel de las afirmaciones de algunos miembros del segundo grupo ha ido descendiendo al de las incoherencias típicas de un beodo de amanecida, disfrazadas de pensamiento alternativo y conspiraciones ideadas por una especie de Ed Wood en horas bajas.

De aquella época inicial, a finales de los años 40, cuando el mito de la venida de los seres espaciales a este planeta saltó de los EE UU a todo el mundo y el público levantaba la cabeza a la búsqueda del aparato de procedencia extraña (tal vez soviética, la creencia en el origen ET vino un poco más tarde) hemos desembocado en un mito esencialmente agotado en sus presupuestos básicos pero exprimido por empresarios de lo insólito en forma de delirios sobre reptiloides, retroingeniería basada en restos de platillos volantes y otros disparates divulgados por el fraudulento pensamiento ocultista y "alternativo". De la sospecha de la visita fugaz de astronaves a la tierra hemos llegado a las sondas anales de alienígenas semejantes a los que Steven Spielberg se inventó -o casi: se inspiró en leyendas previas- para Encuentros en la tercera fase, esa película religiosa de 1977. En las últimas décadas los escritores y periodistas han ideado productos acordes con el desorden mental predominante, como los hombres de negro (en la realidad, no en los filmes de Will Smith y Tommy Lee Jones), ocultamientos de la NASA, abducciones, platillos volantes accidentados, híbridos de humanos y alienígenas, miles de vídeos y fotografías borrosas, etc. Frente a la abundantísima metralla que se publica cada año sobre esta creencia de los visitantes del espacio destaca Bad UFOs, del escéptico norteamericano Robert Sheaffer. Ya nos había deleitado en 1994 con Veredicto OVNI (su edición española apareció en la editorial Tikal, Gerona, 1994). Bad UFOs es una actualización crítica del escenario mundial de la creencia y el mercadeo ufológico prioritariamente anglosajón. La creencia en los ovnis se basa en el testimonio humano -como cualquier otra creencia en realidades del "más allá"-. Pero Sheaffer nos recuerda algo sabido por todo aquel que no desea engañarse a sí mismo y a los demás (arte lastimoso que practica el periodismo del misterio): la investigación científica ha arrojado dudas insalvables sobre el concepto de memoria humana formada por un proceso similar a la captura de imágenes fotográficas, de tal forma que es falso que la memoria funcione como un banco de impresiones almacenadas al que es posible acceder más tarde de manera fiable. La memoria es maleable y el recuerdo es un proceso activo de reconstrucción. La información adquirida después de un hecho y nuestras ideas se confabulan con el material original de tal forma que puede generar "hechos" que no tuvieron lugar.

En el libro de Sheaffer encontramos aproximaciones críticas a las luces de Phoenix (Arizona) en 1997, que en realidad eran las luces de una formación de aviones A-10 Thunderbolt de la Guardia Nacional y bengalas con paracaídas; los globos observados desde Manhattan el 13 de octubre de 2010; el planeta Venus confundido con una luz extraña desde el aeropuerto de Hangzhou (China) el 7 de julio del mismo año; las grabaciones fraudulentas de ovnis sobre la Cúpula de la Roca (Jerusalén) en 2011; o la espectacular espiral luminosa observada desde Noruega ocasionada por el lanzamiento fallido de un cohete ruso Bulavá desde el mar de Barents, que vertió combustible al espacio y reflejó la luz solar, entre otros muchos sucesos.

Los ovnis y cualquier otro tema supuestamente misterio-so pueden ser entendidos con criterios de racionalidad materialista humana; no es necesa-ria lógica alternativa alguna, ni excepciones o salvedades en la realidad para comprender un fenómeno histórico a medio camino entre lo natural y lo cultural.

Si el lector tiene algún interés por esta leyenda que no sea el típico de los creyentes y de sus sacerdotes periodísticos, esos que dispensan apertura mental -como si tal simpleza fuese un signo de tolerancia- y adulación gregaria sin recato, le recomiendo que lea Bad UFOs. El escepticismo y un cierto nivel de crítica son ejercidos de forma natural -con esfuerzo- por todo aquel que no se limite a creer en lo primero que se le pasa por la cabeza. Pero lo cierto es que la mayoría de los interesados prefiere sus creencias, sensaciones, deseos e intuiciones y otras cadenas antes que la ciencia, la filosofía y la crítica. Por ello, la propaganda con la que es bombardeado el paisano aficionado a los temas "misteriosos" es pura pseudociencia, ya sea la del Canal Historia, la de los programas radiofónicos y televisivos o la del último huevo con forma de libro puesto por algún periodista sobre los enigmas de Villaconejos de Arriba o de? Canarias.

Compartir el artículo

stats