Nunca es tarde y hay gestos de los políticos que bien merecen conocerse. Son reveladores. Esta pasada edición de las celebraciones de Teror la regidora del municipio tinerfeño de Candelaria fue la invitada de honor de las fiestas patronales de Nuestra Señora del Pino. Leyó el pregón y ocupó sitio destacado en la basílica a lo largo de la Eucaristía principal del día de la Patrona. En tan señalada tribuna, se pasó toda la misa entretenida con el teléfono móvil. Durante la homilía del obispo, Francisco Cases, seguía distraída, y al darse cuenta un feligrés cercano le espetó: "Más respeto, señora alcaldesa, que aquí no se viene a chatear". No solo los adolescentes se hipnotizan ante el smartphone.