El Cabildo de Tenerife organiza un montón de convocatorias tecnológicas más o menos relacionadas con la red, los videojuegos o la sociedad de la información, en parte integradas en Tenerife 2030, "una estrategia institucional para la creatividad, la capacitación y los valores". Hace unas horas el llamado Centro de Excelencia de Desarrollo e Innovación reunió a "200 desarrolladores que hacen software para toda España", pero soy incapaz de entender con qué provechoso objetivo para la economía o la dotación tecnológica de la isla. Esta es la parte seria. Quizás la dedicada a los jóvenes pero suficientemente preparados entre las familias de clase media alta de Tenerife. Pero no todo puede ser rigor tecnológico y glamour formativo. El Cabildo también piensa en un público más humilde o en los tecnólogos más idiotas. Porque no es imposible -lo he podido constatar- que personas más o menos inteligentes, con sus carreras universitarias y todo, sin excluir a precisamente a desarrolladores de programas informáticos, sean consumidores entusiastas de las seudociencias y magufadas que florecen en España y, por supuesto, en Canarias, a menudo con el cariño cómplice y generoso de las administraciones públicas.

Para todas ellas, en fin, el Cabildo Insular apoya y copatrocina ¡Practica lo sano!, un salvífico chiringuito a celebrar en el Recinto Ferial y que se define modestamente como "la mayor feria de la vida sana en Canarias" (sic). En su programa de actividades, ¡Practica lo sano! ofrece clases del arte marcial del bambú, un taller de introducción al Chi Kung para la Salud, una conferencia magistral sobre El Aliento de la Vida: La respiración consciente energética y tu conexión con la vida, un breve pero enjundioso seminario bajo el epígrafe Kinesiología para la vida cotidiana: herramientas para autoequilibrarte cada día, y un par de conciertos con cuencos de cuarzo, aunque no se ha precisado si los músicos comen en los cuencos frente al público o los utilizan como instrumentos musicales cuando nadie puede verlos. Como no todo va a ser duro trabajo intelectual, también se ofrecerán talleres de cocina y nutrición para aprender relajadamente dietética holística o adentrarse en las claves del poder alcalinizante de los zumos verdes.

El sueño de fábricas de software creciendo por los barrios tinerfeños es para el Cabildo perfectamente compatible con la divulgación y práctica de supercherías tan grotescas como la kinesiología. Yo no puedo resistirme a sospechar que se trata, precisamente, de dos fantasías simétricas, de dos actividades legitimadas institucionalmente que jamás contribuirán demasiado ni al avance tecnológico de Tenerife como una de las bases de la transformación de su modelo de desarrollo económico ni al autoequilibrio (sea eso lo que sea) de los devotos de engañifas miserables. Sin duda me equivoco, pero creo básicamente que Cedei y ¡Practica lo sano! buscan fundamentalmente que pasemos el rato.