Si dos años atrás se hubiese realizado una encuesta entre la población trasladándoles esta pregunta, la proporción de personas capaces de aportar una contestación más o menos correcta, sería con total seguridad inferior a la que obtendríamos hoy en día. Cada vez podemos encontrar con mayor frecuencia en la prensa artículos sobre ellos y si hiciésemos el ejercicio de indagar en nuestro entorno sobre el conocimiento que se tiene de los mismos descubriríamos que cada vez con más frecuencia hay alguien que o conoce de qué se trata, o lo sigue (se estima que en España existen en 2017 4,1 millones de seguidores -lo que supone un 9% de la población total-) o incluso es un gamer. Pero aun así, hoy en día los eSports siguen siendo unos grandes desconocidos para la mayoría. Sin embargo, detrás de esta "novedad" para el común de las personas, existe una floreciente industria que está mostrando un importante ritmo de crecimiento año tras año y para la que existen expectativas de que continúe ese ritmo en el futuro. Prueba de lo que se prevé es la apuesta de los principales operadores de telecomunicaciones de nuestro país por este sector donde, como ejemplos más clarificadores se puede citar a Movistar, que ha creado un centro de alto rendimiento, patrocina una de las competiciones (ESL Spain) y ha puesto en marcha un canal específico en su plataforma televisiva en la que se pueden seguir este tipo de competiciones, o la entrada del grupo de comunicación Mediapro en el propietario de la LVP (Liga de Videojuegos Profesional).

¿Por qué hay tanta expectación con el desarrollo económico que están mostrando los eSports? ¿Qué lo justifica? Pues la contestación es sencilla: las grandes marcas a nivel mundial (y no sólo las endémicas del sector) son conscientes de que entrar en ese mundo supone generar un vínculo con las nuevas generaciones a las que cuesta llegar por las vías tradicionales, y son estas nuevas generaciones las que en un futuro próximo conformarán el grueso de nuestra sociedad.

Se organizan más de 400 eventos al año en todo el mundo con audiencias millonarias (tanto en el lugar donde se organiza el evento como por su seguimiento en las redes sociales) de las que sirvan como ejemplo los de la final del Intel Extreme Master celebrado este 2017 en la ciudad polaca de Katowice a donde acudieron más de 170.000 personas y que alcanzó una audiencia online de 46 millones de personas o los del evento Gamergy (ya en nuestro país) que fue seguida por un millón de espectadores online. A lo anterior resulta más que interesante añadir que España es una de las potencias en cuanto a los eSports ya que se sitúa en novena posición a nivel mundial por volumen de negocio del sector, siendo el que más ha crecido en audiencia en los dos últimos años.

Canarias dispone de un potente conjunto de incentivos fiscales (la Zona Especial Canaria, la Deducción por inversión en activos fijos nuevos, la Reserva para inversiones en Canarias, el Régimen especial de las empresas productoras de bienes corporales, los porcentajes incrementados para las deducciones existentes en el resto del país?) que convierte en más que atractivo la realización de una actividad económica en Canarias siempre que ésta lleve a cabo inversiones y creación de puestos de trabajo, fin último de la existencia de dichos beneficios, y todo ello con la seguridad que da el que deriven de un régimen aprobado por la Unión Europea.

Deloitte es la firma líder en el asesoramiento fiscal en Canarias con una dilatada experiencia en la prestación de servicios a entidades extranjeras que muestran interés por establecerse aquí atraídos por nuestras ventajas fiscales. También somos referentes mundiales en cuanto a la apuesta por el desarrollo de los eSports. En España se ha creado el Deloitte Sports Business Group que agrupa, gracias al carácter multidisciplinar de nuestra firma, enfocados a ofrecer a esta nueva industria un abanico de soluciones en cada una de sus áreas de conocimiento.

El pasado 20 de julio tuvo lugar un evento en el Hotel Santa Catalina organizado por "eSport Talent Canarias" que contó con la presencia del Presidente del Gobierno de Canarias Don Fernando Clavijo en el que bajo el título "eSport, nuevo deporte en Canarias. Propuesta de inclusión en la Ley Canaria del Deporte", Miguel Ángel Betancor, impulsor y alma máter de la iniciativa, describió su visión respecto de la consideración de los eSports como deporte y la importancia que tendría su calificación como tal en la nueva Ley del Deporte que se apruebe en el Parlamento de Canarias. En dicho acto, el Presidente del Gobierno de Canarias no sólo cogió el guante e hizo ver sus conocimientos sobre eSports (sin ir más lejos la pasada semana felicitó a Alfonso "Mithy" Aguirre, canario que ha quedado con su equipo campeón de Europa de LoL en la final que tuvo lugar en París siendo elegido como el MVP del torneo).

No pretendemos con este artículo transmitir nuestra opinión respecto de la consideración que puedan tener los eSports como deporte (aunque en Deloitte entendemos que los eSports cuentan con características suficientes para ser calificados como deportes: los jugadores se consideran atletas, siguen planes de entrenamiento, conforman equipos, estudian las estrategias rivales y preparan tácticas para ponerlas en juego en las competiciones donde se enfrentan a otros equipos, todo siguiendo unas reglas de juego -en los próximos Juegos Asiáticos de 2018 ya estarán presentes). El objetivo de este artículo es poner de manifiesto la oportunidad ante la que nos encontramos de posicionar a Canarias en un lugar de privilegio en una industria creciente a nivel mundial, en un sector en el que la lejanía física (circunstancia que justifica en última instancia la existencia de los incentivos fiscales reseñados) no supone traba alguna para su desarrollo. Las inversiones y la creación de empleo no pueden más que revertir positivamente en nuestra sociedad. La introducción de una nueva industria iría en la línea de diversificar nuestra economía -objetivo tantas veces citado como pretendido pero pendiente aún de alcanzar. Es un sector ávido de mano de obra especializada y cualificada (se trata de una industria muy diversa y con un uso intensivo de tecnología) con lo que sería necesario la implicación del sistema educativo lo cual potenciaría sin lugar a dudas el tan deseado incremento de la inversión en I+D+i. Pero además el mismo sector educativo también resultaría beneficiado por el impulso que se daría al uso del inglés al ser esta la lengua nativa en este ecosistema. El retorno que obtendría nuestra sociedad es incuestionable.

Ahora es el momento en el que debemos apostar por esta floreciente industria que todavía se encuentra virgen en muchos aspectos y posicionarnos como sede de negocios para la misma. Sólo restan dos aspectos: El primero que se materialice por la Administración la acertada apuesta que desde el Gobierno de Canarias se ha decidido hacer para facilitar su implementación y el posterior desarrollo, y el segundo, como no puede ser de otra manera, que ese impulso inicial se vea acompañado de forma entusiasta desde los inicios por las inversiones privadas que a buen seguro sabrán ver el potencial existente.