Últimamente se habla mucho de emprender, de arriesgar, de tener agallas y montar tu propio negocio. Y no es fácil. No es tan sencillo buscar un local y afrontar el alquiler, funcione o no tu empresa, darte de alta como autónomo, que en España es como una sanguijuela que te chupa la sangre, y competir en el mercado. Debes disponer de un fondo que te salve la vida cuando un mes no te vayan las cosas muy bien pero de igual forma debas de afrontar los gastos. Y pagar la seguridad social de tus empleados, si los tienes. Vamos, que ser empresario es más complicado que La odisea. Por regla general la gente de a pie tiene miedo de emprender semejante aventura pero luego está esa otra gente que se arriesga a todo y pone en riesgo a muchos.

Hay negocios que son más osados como un Gabinete Psicopedagógico y otros que son una apuesta segura como "las casas de putas". Es una apuesta tan, tan segura que hasta una joven de veintitrés años se pone al frente no solo de un burdel sino de dos. Y montar un lugar de recreo como es el caso de esta actividad no es moco de pavo. Necesitas locales, camas, sillones, mesas, bebida, droga? Eso sí, te ahorras los trimestrales de autónomo y la seguridad social de tus empleadas a las que tratas como esclavas aprovechándote de su precaria situación laboral. Las esclavizas, las maltratas. Todo ilegal, todo en negro. No sé si la "empresaria" teldense protagonista de esta historia es tonta del culo o más lista que cuatro. No sé tampoco cuánto tiempo llevaba con esta práctica ilegal pero si no llega a ser porque alguien -por moral o por pelusa, vete tú a saber en este mundo patas pa'rriba- la denuncia porque estaba prostituyendo a una menor, se nos monta en El Calero la cuarta temporada de la serie Sin tetas no hay paraíso. ¡La tía! ¡Qué nivel de valentía! El otro día escuché a un amigo -al que le tengo gran estima- decir que Canarias se estaba "caraquizando", entiéndase como acción y efecto de desfasar como se desfasa en Caracas. Y oye, empecé a ver con otros ojos mi amada isla, porque no va muy desencaminado: asesinatos a plena luz del día, peleas callejeras, prostíbulos? Que sí, que siempre han existido; que sí, que es la profesión más antigua del mundo; pero no sé, también podríamos evolucionar. El caso es que tengo una mezcla de sentimientos encontrados con esta jovencita. No sé si repudiarla por proxeneta y pederasta o admirarla por la garra que ha tenido para llevar a cabo una actividad empresarial de este tipo? ¡Qué pena! Qué astucia tan mal encaminada.