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opinión

Atrapados en el marianismo

Con el requerimiento previo al requerimiento previo antes de aplicar el 155 Groucho Marx entra de lleno en el desafío secesionista. El decir sin decir de Puigdemont genera este momento absurdo de buscar por vía administrativa una clarificación, que no habrá porque nunca estuvo en el ánimo del presidente de la Generalitat hacer una declaración inteligible.

Responda o no a la pregunta del Gobierno, el tiempo corre en contra de la cabeza institucional del soberanismo, sobre quien pesa la duda de si le alcanzarán antes los plazos de sus próximos o los de Rajoy.

Los soberanistas están atrapados desde ayer en el marianismo, que implica tiempos largos y difusos para que se vayan cociendo en la propia salsa de sus disensiones. De eso los socialistas saben algo. La exploración de una vía inédita como el artículo 155 de la Constitución, carente del mínimo desarrollo en sus casi 40 años de vigencia, ofrece múltiples posibilidades de retardar la intervención del Gobierno sobre alguien que ya está cautivo de la suspensión de sus propios actos.

Desde dentro, la CUP activa la amenaza de dejar al Govern en el desamparo parlamentario, expuesto a una moción de censura de la oposición, si la proclamación efectiva de la república se dilata más de un mes. Ambas vías, la gubernativa y la de los radicales, desembocarían en lo mismo: urnas. Pese a las dudas jurídicas sobre que la intervención del Gobierno en la autonomía catalana pueda llegar a una convocatoria electoral, esa se perfila como la única salida para un conflicto llevado a sus límites más afilados. Como principal inconveniente, al margen de posibles reparos legales, el bloque secesionista anticipa su intención de no concurrir a unos comicios convocados con el autogobierno en suspenso y se negará a reconocer los resultados.

Las elecciones anticipadas tienen, además, un pronóstico muy incierto en este escenario tan enconado, aunque resulta previsible que la proclamación incumplida de Puigdemont agrave más la ya anunciada pérdida de apoyos de los antiguos convergentes. ¿Qué pasaría si el soberanismo consolida una mayoría sólida en el Parlament con ERC como eje principal? Estaríamos donde ahora pero mucho peor. Paciencia, porque esto va para largo.

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