La Provincia - Diario de Las Palmas

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Separación de poderes

Lo malo de poner en marcha la maquinaria judicial es que, aunque por lo común avanza lenta, a veces te sorprende y acelera. Pero lo peor es que nunca estás seguro de que el juez de turno no vaya a pronunciarse en el momento menos oportuno. Es lo único irritante de tener separación de poderes.

A Mariano Rajoy y al Govern les pasó esto el lunes, aunque al primero le hizo bastante menos gracia que al segundo. Llevaba Mariano varios días desescalando el conflicto, rebajando la tensión, e incluso se había cruzado por la mañana unas epístolas con Puigdemont (de bastante buen tono, la verdad, dadas las circunstancias), cuando llegó la juez Lamela y envió a prisión a los "Jordis".

La verdad, yo les hubiera puesto una fianza, o unas medidas cautelares con más garbo que las del mayor Trapero, porque los dos tiran a sediciosillos. Pero poco más: a la cárcel, así directamente, no les hubiese mandado.

Lamela, claro, es la juez, y ella decide. Y decidió prisión incondicional porque teme que la vuelvan a liar, ya que vamos entrando en unos días en los que el independentismo se pone en modo Diada continua, y los Jordis tienen gran, gran poder de convocatoria.

Lo malo es que ahora, con ellos en la cárcel, el poder de convocatoria va a ser aún mayor, porque tienen trato de presos políticos y hasta de mártires, y justo eso necesitaba Puigdemont para recuperar iniciativa como libertador y atraer de nuevo sobre sus hombros todo el movimiento, parte del cual se le había enfadado por no declarar la independencia como es debido.

(Bueno, no la declaró ni la proclamó ni hizo nada en condiciones, pero cuando estás lleno de ilusión y te han sorbido el seso desde niño, en la escuela y en la TV3 monotemática, pues te crees que hablas con Dios aunque tu interlocutor tenga cuernos y apeste a sulfuro en vez de a éter.)

Total, que la prisión decretada para los Jordis le viene tan bien a Carles como mal le viene a Mariano. Pero no hay que caer en el desaliento: hay separación de poderes, los jueces siguen su propia senda, y algún día la maza del fiscal y el argumento político se pondrán de acuerdo para hacerse oír el mismo día.

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