La puesta en marcha esta semana de los parques eólicos de Llanos de la Aldea y San Bartolomé, propiedad del grupo gallego Ecoener, constituye uno de muchos éxitos que va a anotarse durante el próximo año Canarias en su carrera por conseguir un modelo energético más limpio. Con 29,2 megavatios, el complejo que integran ambos proyectos es el de mayor potencia que ha entrado en servicio en España en los últimos cinco años y, por supuesto, el más grande con que cuenta el Archipiélago. Más allá de estas relevantes cifras, estos 29 molinos que ya giran en el sur de Gran Canaria son la evidencia de que es posible aprovechar los infinitos recursos que hacen de las Islas uno de los principales graneros de viento de Europa. Se necesitaba una prueba palpable tras prácticamente veinte años de laberinto burocrático -judicial y administrativo- y total ausencia de nuevos proyectos.

El Gobierno de Fernando Clavijo se ha marcado objetivos exigentes para que el mix energético de las Islas abandone su, hasta el momento, sempiterna dependencia del petróleo. Alcanzarlos preservará la economía doméstica de los vaivenes que periódicamente acosan a los mercados de futuros. Además, la rebaja de la factura energética procurará a los productos y bienes de las Islas un incremento de competitividad necesario para que la estrategia de internacionalización que también persigue el Ejecutivo canario, por la vía de las exportaciones y de atracción de capital extranjero, llegue a buen puerto. Como en el caso del cambio de modelo energético, esta ampliación del mercado para las empresas canarias e instauración de las Islas como nodo para los negocios en el Atlántico oriental tiene como protagonista principal a la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento que dirige Pedro Ortega. En el inicio del mes de julio, este consejero presidió la creación del Observatorio de la Energía de Canarias y avanzó que es su intención que en 2025 las fuentes de generación renovables satisfagan el 45% de la demanda energética del Archipiélago. El primer capítulo en pos de ese hito es el que ahora se está escribiendo y tendrá fin el último día del año próximo, cuando todos los aerogeneradores con potencia adjudicada en el cupo concedido por el Gobierno central a Canarias tendrán que estar girando.

Ortega y Clavijo ya descuentan que no todos lo lograrán. Alrededor de un 20% de los 436 megavatios adjudicados se malograrán por circunstancias diversas, tales como la colisión con las servidumbres de seguridad del aeropuerto de Gran Canaria, extremo en el que la buena sintonía que rige las actuales relaciones de dirigentes canarios y españoles no ha sido suficiente para acabar con el desencuentro. No obstante, los fallidos intentos de ahora no son irrecuperables. Canarias y Madrid ya han acordado un nuevo cupo para las Islas. Está en fase de definición y reactivará la implantación de energía fotovoltaica, con un tramo específico de potencia para los proyectos que tienen al sol como fuente de alimentación.

El diálogo garantizará que se consiga el mejor resultado. Por ejemplo, para lograr por la vía de las repotenciaciones inversiones de rango mayor que las habituales sin consumir suelo. El Gobierno canario ha encargado un inventario de parques eólicos en situación de obsolescencia operativa, es decir, amortizados plenamente e ineficientes por el paso del tiempo y los avances tecnológicos. Se discute si tendrán cabida en este nuevo asalto que se prepara hacia el cambio de modelo energético y no deberían existir dudas, porque la limitación territorial de las Islas aconseja no prescindir de un solo metro cuadrado consolidado para la generación de energía con fuentes renovables. Sobre todo cuando se rema para alcanzar un futuro sostenible. Sirva como dato que los parques inaugurados esta semana por Ecoener surtirán los megavatios hora necesarios para atender las necesidades de 21.650 familias. Más aún, el consejero delegado del grupo gallego, Luis de Valdivia, afirmó que Llanos de la Aldea y San Bartolomé permitirán prescindir de 150.000 toneladas de petróleo en los próximos 20 años y ahorrar a la atmósfera dos millones de toneladas de dióxido de carbono.

Otro actor necesario para concretar las aspiraciones es Red Eléctrica de España (REE). La inauguración de la subestación de Aldea Blanca es el otro factor fundamental que ha permitido la puesta en marcha de este complejo eólico y muestra que el operador del sistema, como han anunciado en reiteradas ocasiones sus dirigentes, va a poner a disposición en tiempo las infraestructuras básicas para que los aerogeneradores puedan verter en la red.

Buena noticia es también saber que los promotores miran hacia Canarias. Luis de Valdivia se mostró dispuesto a concurrir en el proceso de adjudicación que se perfila y que, si nada cambia, estará abierto para la inscripción en el primer trimestre del año próximo. Eso sí, dejó claro que antes de tomar una decisión habrán de conocerse las condiciones de dicha convocatoria, lo que da idea de lo fino que habrá de ser el texto final para que el feliz desatasco logrado no se trunque.