La Provincia - Diario de Las Palmas

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Zigurat

La incertidumbre y el estandarte

Semanas de incertidumbre; de no saber gestionar lo dado; de no tener ni idea de lo que pueda pasar y no tener ni las ganas de empezar un diálogo para terminarlo donde lo dejaron: es decir, en el punto cero, donde se cruzan las banderas. Algunos opinadores predicen -como si fueran profetas- algunos, todo hay que decirlo, parecen mofetas, porque despiden rencor, hedor a gomina y gafas oscuras -y las formas, los gestos, que nos remiten a tiempos de dictadura.

Están los nacionalistas españoles henchidos de patria; absortos en los colores de su bandera, aquella de pabellón náutico y que se divisaba de muy lejos, avisando del poder de un imperio. Ya no es imperio aunque un rey impuesto para la transición se ha convertido en una especie de mensajero áulico y también gesticula y pone cara de serio, algo así como si estuviera uniformado de capitán general presto a la lucha para salvar una parte de un estado plurinacional.

Aquí también hemos tenido nuestro triunfo de la conquista del diálogo colocando la bandera patria en los balcones, ventanas, escaparates, de un pueblo que hasta no hace muy poco tenía que regular por ley la bandera de Canarias y hasta su himno. Ni que decir tiene que donde más se advierten oriflamas es en las zonas más opulentas de la ciudad, donde viven los que seguirían viviendo bien gobierne quien gobierne, porque aquí la cosa va de dinero, de capital, de enredos y de negocios opacos.

¿Cómo fiarse de un gobierno que es el más investigado por latrocinio de la historia de la de-mocracia? ¿Cómo aplicar la sanción, una medida que no se ha tomado antes, y de la que no se saben las consecuencias inmediatas? Pues habrá que improvisar y meter miedo en las estructuras de la comunidad para que progresivamente los intervenidos se vayan acostumbrando y de paso el ensayo sirva para lo que tenga que venir.

De otra parte, no se ven banderas en los barrios más lejanos, desfavorecidos, marginados: están en otras cosas y una de ellas es cómo ganarse la vida ¿O acaso no es cierto que Canarias está a la cabeza del riesgo a la exclusión social de todo el Estado? Pero sí se ven en los pueblos pequeños donde aún hay ecos de caciquismo intelectual, como si de una fiesta se tratara.

Y lo que es peor y hay que lamentar profundamente es que partidos como el PSOE se hayan apartado de su propia identidad, presionado hasta por los suyos, para aceptar un compromiso con un partido al que no hace mucho llamaba corrupto. Coalición Canaria, que celebra a Secundino y las siete estrellas verdes, se estrella con un "Sí"; y Nueva Canarias, que debería votar "No", se abstiene; veremos a dónde los lleva este error de estrategia política. Adiós, estado federal, adiós; Adiós, república, adiós. Una vez más la casta se ha impuesto, la que no quiere perder privilegios, ya sea la de los insultantes fraudes en Andalucía o la que ha entrado a saco en las administraciones, llevándose 40.000 millones de euros, para dejarnos sin sanidad, educación y con nuestros hijos por ahí, a ver si los sueldos de miseria son compatibles con una vida propia y autónoma y consiguen empezar con su periplo vital.

No sé lo que ocurrirá, pero creo que proclamarán la independencia, porque no les queda otra y seguiremos asistiendo a las improvisaciones y a los happening políticos hasta que esto se rompa por alguna parte, porque según ellos -sin contar con los canarios- tiene el estado tres nacionalidades, que están tomando nota, para seguir hacia donde se debe, o sea hacia una República.

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