Nuestros cinco kilómetros de costa tienen mucho potencial, y para transformarla entendíamos que debíamos hacerlo mediante un proceso participativo de escucha, de trabajo, de análisis, de negociación, que nos permitiera un resultado para el disfrute de la playa, de los deportes náuticos, para conservar nuestro patrimonio arqueológico y para tener nuevos espacios de ocio junto al mar. Hablamos de naturaleza y vida, la búsqueda del equilibrio constante entre nuestro paso por la tierra y la sostenibilidad del planeta.

Intervenir en esos 5 kilómetros de costa, sabiendo que albergan muchos secretos, muchos potenciales que apenas hemos puesto aun en valor, supone una gran responsabilidad de presente y de futuro. Pero no hacerlo también supone una gran responsabilidad con el presente.

La gran riqueza natural, orografía, climatología, ejemplos de infraestructura agraria, yacimientos arqueológicos, arquitectura militar,... que tiene el espacio que estamos recuperando y protegiendo a la vez, nos obliga a diseñar para que podamos disfrutarlo , defenderlo como parte de nuestra historia y recuperarlo también como uno de los motores de nuestra economía local.

Nuestro litoral posee excelentes condiciones de viento y mar para practicar el deporte acuático, convirtiendo este municipio en casi una meca para estos deportes. Sin embargo vemos que esto no se ha explorado de manera holística sino que por el contrario se ha desarrollado de manera fragmentada, casi a modo de autoconstrucción como consecuencia de necesidades puntuales y sin una concepción clara de desarrollo y del aprovechamiento tan grande que este pudiera tener.

De la misma manera nació el pueblo de Pozo Izquierdo, hace más de medio siglo, sin planificación urbanística de la zona, como ocurrió en la mayoría de los pueblos de Canarias que nacieron junto al mar. La riqueza de la pesca y el disfrute de la playa fue uno de sus mayores atractivos de ese momento, y lo sigue siendo. Cada día son más las personas que eligen Pozo Izquierdo como lugar de residencia, siendo unos de las zonas de Santa Lucia que más ha crecido en los últimos 10 años, en torno a un 50% de su población.

Hace apenas dos décadas plasmamos en nuestro Plan General de Ordenación un diseño de la zona, que ahora hemos enriquecido con el Plan Director del Litoral. Paseos, saneamiento, pluviales, graderío para disfrutar del deporte y de la playa, plazas, servicios ... obras que proyectan de manera equilibrada y con respeto a la naturaleza, pero que su objetivo final es ofrecer mejor calidad de vida de las personas.

La Bahía de Formas se ha consolidado como un lugar idóneo para iniciarse al Windsurfing mientras que Pozo Izquierdo supone un lugar para deportistas con un nivel más avanzado. Las escuelas de windsurfing, que también son un nicho de empleo y motor económico de la zona, quieren instalar pequeños almacenes para evitar el transporte diario de material. Nosotros viendo este gran interés y tomando como referencia el desarrollo en otros lugares del mundo, proponemos ir un poco más allá y convertir el espacio en una Área de Disfrute y Deportiva. Un espacio que permita el disfrute en la playa, zonas de alquiler de material y de escuelas, zona de esparcimiento, aparcamientos, y vías que mejoren el acceso y que obliguen a utilizarla sin desviarse por otros espacios protegidos, lo que tiene mayor impacto y termina destruyendo la naturaleza.

Después de algunos años escuchando las necesidades de quienes viven en la zona a través de las asambleas de barrio, de reuniones con grupos específicos, después de mucho trabajo de análisis y escucha a personas expertas en diversas materias, y coincidiendo con nuestro objetivo de trabajo de impulsar el desarrollo económico, social y deportivo de nuestro litoral, presentamos recientemente en la sala Saro Bolaños del teatro Víctor Jara, cinco de los proyectos que cambiarán el presente y futuro de nuestro litoral. Proyectos que no solo cuidan el medio ambiente, sino también a las personas, proyectos viables, impulsores de la economía y además de justicia social.

Santa Lucía avanza, y lo hace de manera sostenible, respetuosa y participativa.