Buenas noches Olga, Magusa, Tasirga y Oto, saludos cordiales a todas-os, bienvenidos al Cabildo de Gran Canaria en una noche de reconocimiento sentido a Carmelo Padrón Díaz, una persona que encarnó valores imprescindibles para nuestra vida democrática: el compromiso por la libertad y la justicia, la pasión por la igua+ldad social y la defensa del territorio y el medio ambiente como espacios donde se garantiza una convivencia sostenible.

Y todo ello desde la política, la universidad o el ejercicio profesional. O al revés, dependiendo de las circunstancias que la vida le impuso.

Donde quiera que esté, seguro que en el mundo de los justos, él desearía que este acto fuera de reivindicación y enseñanza, más que de nostalgia o añoranza. Trataremos de hacerle caso porque se lo merece. Nos gustaría que pusiera la misma cara de satisfacción con que nos recibió el día que se inauguró el curso de introducción a la nueva Ley del Suelo en el recinto ferial.

Promovemos este acto de reconocimiento colectivo, junto a organizaciones y personas que compartieron estas militancias porque estamos necesitados de reivindicar, de proclamar, la vigencia de estos objetivos que caracterizaron su vida, como diques que eviten una globalización neoliberal que nos destruye y nos fractura. No se trata solo de homenajear una historia, una trayectoria vital, sino de entender que el mejor reconocimiento es alargar en cada una-o de nosotras-os esos valores y ese compromiso. Lo que a Carmelo le faltó por conseguir, como en una carrera de relevos, lo asumimos nosotros.

Para luchar contra el tiempo y las adversidades es necesario socializar las utopías y hacerlas, ellas sí, eternas. Una de las que inspiró la vida de Carmelo es que las injusticias no pueden aceptarse con resignación, ni como una fuerza ciega que nos domina y nos moldea. El mensaje que transmitía coincidía con su carácter abierto y positivo: la realidad se puede cambiar, necesitamos cambiarla. Cuando podía vivir relajadamente con su profesión, optó por complicarse en la militancia social.

Y al implicarse en el cambio social entendió inmediatamente que no puede hacerse solo, ni desorganizado. Y de nuevo superó una contradicción que no lo paralizó. Lo racional, lo lógico, lo coherente, no siempre es lo que prima en las organizaciones. Los valores que proclamamos en los congresos y en los manifiestos, a veces no casan con las decisiones partidistas. Nunca se sintió quemado por ello y mantuvo la libertad de dimitir cuando se rompía la coherencia personal. Esa resiliencia de Carmelo es la que debemos imitar y prolongar en las luchas que necesitamos continuar.

Y hay una tercera gran coincidencia que justifica este reconocimiento de esta noche, que es su pasión por el territorio y el medio ambiente. En la memoria sobresale Osorio, como un hito del protagonismo democrático del Cabildo en la recuperación y conservación del patrimonio natural y medioambiental de la isla. Así se estrenó Carmelo como consejero de Política Territorial. Y en la cercanía, compartimos la lucha en contra de la reciente Ley del Suelo que pone en peligro los grandes logros conservacionistas que identifica riqueza natural y progreso sostenible.

Esta noche reconocemos en el Cabildo de Gran Canaria esta trayectoria, porque necesitamos comunicar a la sociedad que podemos seguir aspirando a una democracia real, a una sociedad más justa, a un territorio sostenible, a una universidad pública de calidad, como contribuyó Carmelo Padrón, a condición que aceptemos sus enseñanzas. Ojalá tuviéramos muchos compromisos como el suyo en estos momentos difíciles. A Carmelo no le gustaba este tipo de reconocimientos públicos. Lo hablamos Roberto Orive y José Miguel Fraguela en mi despacho cuando me plantearon rendirle tributo cuando aún vivía. Pero el Cabildo de Gran Canaria no puede renunciar a brindarle el reconocimiento que merece y por eso hemos acordado nombrarlo Hijo Predilecto de Gran Canaria. Se lo merece y mucho. Aplicó una receta admirable: conocimiento, pasión y compromiso. Por eso les agradezco que hoy estén aquí y confío que entre todas y todos hagamos avanzar estos valores.