Este mes de marzo ha comenzado con gran fuerza, como es tradicional por Semana Santa, con el arribo masivo de los cruceros al puerto de La Luz. En total se anuncian 38 escalas con una media superior a una entrada diaria, lo cual pone de manifiesto la carta de naturaleza a que ha llegado nuestro recinto en esta actividad que le mantiene firme a pesar de las acometidas que realizan en otros puertos cercanos con grandes inversiones por quitar a Las Palmas el liderazgo en esta zona. Atrás quedan los tiempos ya lejanos de unas escasas llegadas de cruceros en la época invernal y lo más lamentable, la lejanía de sus atraques en lugares aislados de la ciudad. Pero todo esto ha sido superado con el esfuerzo de todos en una lucha titánica contrarreloj, primero adaptando el muelle de Santa Catalina con las sucesivas ampliaciones que ha vuelto a recuperar la gran puerta de entrada a la ciudad y adaptando las viejas estaciones marítimas para la recepción y despedida de los turistas, lo que va a permitir que esta temporada el puerto de La Luz ronde casi el millón de cruceristas.
Ha sido una política inteligente de nuestros rectores portuarios, con el apoyo sin renuncias de los sucesivos presidentes que ha tenido la Autoridad Portuaria, que han sabido valorar este negocio por lo que representa para la isla de Gran Canaria y su capital, en esa conjunción con el aeropuerto que juega un papel estratégico con el arribo y despedida de los vuelos charter, ante el gran aliciente de no haber un solo semáforo en la autovía que une al primero con la base de los cruceros.
Junto a ello, la apuesta en estos momentos de un total de quince compañías especializadas en este tipo de tráfico que apuestan por el puerto de La Luz, marcando auténticos récords como ocurrió el pasado mes de diciembre con la llegada de medio centenar de cruceros, que consolida a la bahía de Las Isletas como la primera estación base del Atlántico Medio con casi 300 escalas por campaña.
