Cuando me preguntan qué le puede faltar a Luka Doncic solo encuentro una respuesta: un par de años más. Y casi ni eso. Porque con solo 19 años el 'niño' juega con la capacidad de un hombre, con una madurez y una capacidad para asumir responsabilidades de manera asombrosa. Lo hizo en la final de la Euroliga, otra vez más, para coronarse como MVP de la Final Four y MVP de todo el torneo. Poca broma con eso.
Porque por lo demás lo tiene todo para triunfar -más de lo que está haciéndolo-. El chico va sobrado de recursos: bota bien, lanza, asiste, es capaz de rebotear. Hace de todo y todo bien. A eso le pone una cabeza bien amueblada, con carácter, pero bien amueblada.
Me emociona verle llevar el '7' a la espalda, el mismo número que siempre me acompañó en mi carrera deportiva. Su alegría contagia y me traslada a esos años. Lo lógico en estos tiempos es que este verano salga camino de la NBA. lo perderemos en nuestra liga, pero será un mal menor cuando recordemos que al menos tuvimos la oportunidad de disfrutarlo durante estos años.
Un buen motivo para ir este jueves al Gran Canaria Arena. Viene el campeón de Europa y viene con Luka Doncic. Igual esta es la última oportunidad que tenemos de ver al talento esloveno, uno de esos jugadores que están tocados por la magia del baloncesto y que marcarán época. Lo será si no se vuelven a cruzar Granca y Madrid en el Playoff. Piénsenlo. La visita del campeón no es el motivo único, claro está. Porque el CB Gran Canaria cuenta con la oportunidad de ser quinto, el campeón de su liga. Y para eso tendrán que derrotar a Doncic y los suyos en un día que apunta a espectáculo. Piénsenlo.
