Opinión | Cartas al director

Yanire Guillén

La palabra “padre”

Día del Padre 2024.

Día del Padre 2024.

La palabra «padre» permite tomar conciencia de que no nos hemos dado la existencia a nosotros mismos, de que somos hijos.» Joseph Ratzinger

Dios pensó al hombre como un aventurero con afán dominador, para no sólo descubrir los misterios de la naturaleza, sino someterlos con el fin de encontrarles un sentido y utilidad. Esta cualidad del hombre es, sin duda, un impulso fundamental en la evolución de la humanidad. Compartir con su familia la alegría del conocimiento, la seguridad de la supervivencia, la llama humana hereditaria… guiado por un amor inquebrantable e infatigable. Los hombres han mostrado su valor yendo a la guerra para defender a su país, pero también entrando en casa con una sonrisa y un cálido abrazo tras la jornada laboral. ¿Hay mayor grandeza a la que aspirar cuando se es padre?

Les parecerá a ustedes que esta imagen de un padre sea idílica, irreal, conservadora y anticuada. Probablemente, tengan ustedes un problema para reconocer en el día de hoy las virtudes de sus padres. Cuánto lo lamento. No obstante, tal y como nos recuerda Ratzinger, existes porque eres hijo y eres hijo porque tienes un padre. Que esté contigo ahora o no, no cambia esa imborrable realidad. Eres único, pero hay una secuencia genética en tu apellido, no la desprecies. Si te hirió, pide por su salvación, aunque sea lejos de ti. Pero, pídela, porque así te salvarás de una vida de desdicha llevada por la ira y la vulnerabilidad.

El varón necesita recuperar la nobleza de espíritu, y llegar a la edad adulta con la firmeza de carácter que requiere una sociedad carente de héroes. Carente de padres firmes que no se rindan jamás y que no se resignen a un segundo plano en el binomio madre-hijo. No sólo capaces, sino deseosos de cargar con la responsabilidad de proteger siempre a la mujer y a los niños, de no consentir jamás que nada les dañe, mucho menos él. No es necesario llenar la casa de lujos, pues nada embellece más un hogar que el amor y el respeto. Y pocas cosas hacen más hermoso a un hombre que sentirse orgulloso de sí mismo. Al final de la vida, a todos los hijos nos consolaría decir «mi padre vivió con honor».

San José recibió a Jesús con el más precioso amor con que un padre espera a un hijo: cuidando de su Madre; considerándola sagrada cada uno de los días. Ese es el ejemplo que San José da a todos los padres y eso es lo que hoy celebramos.

Yo felicito en este Día del Padre al mío. Antes de valorar sus virtudes, le felicito por ser padre, por darnos la vida a mis hermanas y a mí. Pero, además, le rindo homenaje por ser fiel a su naturaleza varonil, haber respetado con dulzura a mi madre, corregirnos cuando erramos, ser firme en los principios que rigen nuestro hogar, querernos y mimarnos, y trabajar muy duro para que no padezcamos carencia material.

Padres del mundo, hombres que lo serán en el futuro: vivan cada día con el espíritu de ese carpintero de Belén que construyó con sus manos una cuna.

¡Feliz Día del Padre!