Es el padrino del nuevo cine, de un tipo de cine que se ajusta a los principios fundacionales del Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria, y sus producciones y los autores con los que trabaja son un espejo en el que asoma con frecuencia el certamen canario. Es el productor y director Luis Miñarro (Barcelona, 1949), personaje muy vinculado a la historia de un Festival que en esta edición le ha dado "carta blanca" para programar sus películas de cabecera, y recibir además el homenaje a su trayectoria profesional con la entrega de la Lady Harimaguada de Honor, que recibirá este sábado en el Auditorio Alfredo Kraus durante la gala de clausura.

"Mi cine", en referencia a las producciones que realiza, "es casi una apuesta marginal ya que por mucha gente que vea las películas en festivales, ya que no suman público", dio ayer Miñarro acompañado por Antonio Weinrichter, miembro del comité asesor del Festival. El barcelonés que se ha acercado a la dirección con títulos como Familystrip (2009) y Blow Horn (2009), disciplina que la afronta con respeto y en la que queda "demostrar que soy capaz de dirigir", uso el término "miopía" para calificar el escaso apoyo institucional y de patrocinio que reciben las producciones españolas. "El cine español que se promociona es el cine de un lobby concreto, Amenábar, Álex de la Iglesia, y si no estás en este grupo no existes".

Su rol de productor le ha reportado títulos recientes como El extraño caso de Angélica, de Manoel de Oliveira, y Uncle Boonmee, del tailandés Apichatpong Weerasethakul, Palma de Oro en el Festival de Cannes, y media docena de títulos el pasado año. Un oficio que en su opinión "hay que entenderlo como una obligación, sobre todo cuando se trata de cine que no tiene fines económicos, y lo más a lo que puede aspirar uno es a recuperar lo invertido, ya que las películas que produzco sólo se estrenan en 6 o 7 ciudades y no llega a a los cines de Canarias". La rentabilidad económica es un parámetro ajeno a sus formas de trabajo. "El error es decir que lo que mejor es lo que tiene más espectadores", aseguró.

En cuanto al homenaje que le brinda el Festival capitalino, Luis Miñarro se mostró agradecido y honrado, y quiso dejar claro que "el Festival tiene una programación ejemplar, con una mirada exigente, de actualidad sorprendente y nada despreciable, donde nada está pactado".