El buque oceanográfico Ramón Margalef ha logrado por fin ponerle cara al volcán de El Hierro. El pasado lunes cartografió la zona del Mar de las Calmas donde se está produciendo la erupción volcánica desde el día 10 de octubre. En un modelo digital difundido ayer por el Ministerio de Ciencia e Innovación se puede apreciar la fisura eruptiva que habían anunciado los científicos y un cono de nueva creación, a 300 metros de profundidad, que cuenta con 100 metros de altura y un cráter de 120 metros de ancho.

"Estamos viéndolo aún, son los primeros resultados", señaló ayer, prudente, Carmen López, directora del Observatorio Geofísico del Instituto Geográfico Nacional (IGN). "En un principio parecen apreciarse dos zonas de emisión en una fisura, y lo que aparece más claro es un edificio volcánico de forma cónica", añadió. La científica aseguró que "es lo que ya se esperaba, el volcanismo que habíamos anunciado, es decir, una erupción submarina fisural".

En cuanto a los datos que puede proporcionar la imagen, la primera en la historia que muestra un volcán submarino en su nacimiento, "lo que vamos a ver, sobre todo, es la profundidad del centro de emisión y las coordenadas. Inicialmente son los dos datos de más interés, así como la altura del cono, las dimensiones y la topografía del centro de emisión", describió la experta.

El cono, que tiene una base de 700 metros de diámetro y alcanza 100 metros de altura, está en el lugar que habían predicho los volcanólogos implicados en la crisis. "Vamos a saber con más precisión cuál es la distancia a la costa, no sólo por los depósitos que dejó en superficie, sino por datos incuestionables. Por la superficie podías pensar que la mancha la había podido mover la corriente y que no correspondía con la vertical, con el foco de emisión, pero hemos comprobado ahora que sí era así, gracias a este modelo digital".

En cuanto al tremor, parece que sigue estable y "hasta que acabe esta señal no daremos por concluida la erupción", aclaró la científica, que reveló que en la imagen "parece que se observa una salida de material y hay una turbidez especial encima, lo que confirma que sigue saliendo material, pero, como ya he dicho, estamos mirando los primeros datos y no se puede hacer una valoración tan rápida". Los expertos esperan poder suministrar más datos durante la semana, a la luz de este primer mapa de la zona del volcán.

Cuando los piroclastos hicieron acto de presencia en la superficie, los volcanólogos aseguraron que, para que este fenómeno se produjera, la boca no debía estar a más de 150 metros de profundidad. La cartografía del Ramón Margalef casi lo confirma. "Era una estimación basada en lo que se sabía, que es que para que aparecieran estos materiales en superficie tenía que estar a 150 metros y parece que está a unos 200 metros", agregó López.

Sismos en el interior

La científica del IGN recordó que "la erupción todavía está en marcha y se está valorando la sismicidad al norte. En la zona de La Restinga ya no hay sismicidad. Todo eso se tiene que valorar y ver la evolución, por lo que la labor de vigilancia no ha terminado".

Lo cierto es que nunca ha dejado de haber sismos. "Incluso con la señal de tremor siempre ha habido una pequeña sismicidad interior, incluso en el norte. Ahora parece que está más concentrada en esta zona y tenemos que seguir su evolución. Por ahora es una sismicidad profunda, igual que en julio o agosto. No sabemos si este es el final del proceso, la reestructuración tectónica o tiene otro significado", concluyó.