1 ALERTA. La madrugada del 10 de octubre la señal del tremor era evidente. El proceso eruptivo fruto de una intensa actividad sísmica con más de 10.000 temblores registrados desde julio en El Hierro se manifestaba en forma de volcán submarino. Al día siguiente, el fenómeno al que los científicos darían el nombre técnico de 1803-02, regaba de magma el fondo herreño a unos cinco kilómetros de profundidad tras haber recorrido otros 12 kilómetros bajo la isla en busca de una salida a superficie.

2 A LA ESPERA. El martes 11, la comunidad científica hablaba de la crónica de una erupción anunciada. Todos los valores sísmicos así lo evidenciaban. El previsible avistamiento de partículas de magma en superficie y la presencia de un burbujeo fruto de las altas temperaturas eran las señas eruptivas que todos buscaban en el horizonte. Se establece un perímetro de seguridad en el Mar de Las Calmas a la espera de acontecimientos. Los expertos hablaban del mejor de los escenarios posibles, que era un fenómeno eruptivo sin riesgo aparente para la población a menos que aparecieran otras bocas, y que la erupción estaría activa al menos dos semanas.

3 DESALOJO. Ese mismo día se decreta la alerta roja por riesgo volcánico en La Restinga. Los 600 habitantes son desplazados hacia Valverde y alrededores. Se cierra el túnel de Los Roquillos. La presión del mar sobre el magma hizo que el comité científico y las autoridades adoptaran estas medidas ante una posible erupción en tierra. La Restinga se convertía en un pueblo fantasma. El fenómeno ponía al descubierto las carencias de Canarias para investigación oceanográfica.

4 AZUFRE. El miércoles 12 el volcán submarino se dejaba ver. Ese día y el siguiente, las aguas de La Restinga se torna-ban de un verde azufre. El magma afloraba por dos bocas a 750 y 500 metros de profundidad, y el tremor perdía intensidad, sufre un repunte y se estabiliza. Los científicos toman muestras de agua, y ante la falta de me- dios marinos se estudia el alquiler del buque cablero Leon Thevenin, que fue desestimada por el consorcio de telecomunica-ciones propietaria de la embar-cación ante la negativa del se- guro a cubrir la campaña por su alto riesgo.

5 LA MANCHA. La mancha de azufre y otros gases sitiaba a La Restinga, que, mecida por el alisio, toca el litoral costero herreño el viernes 14 llegando hasta Puerto Naos. El Instituto Español de Oceanografía anunciaba el traslado a la Isla del buque Ramón Margalef, el laboratorio flotante más completo de España que no se había estrenado y que está equipado con el robot submarino Liropus 2000. El Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) envía el buque Profesor Ignacio Lozano para ponerse a disposición de los científicos.

6 PIROCLASTOS. El proceso se complicaba. El sábado 15 aparecían en el mar restos volcánicos en forma de piroclastos. La boca eruptiva se localizaba a unos 150 metros, la zona de exclusión marítima y aérea se establecía en dos kilómetros y el Profesor Ignacio Lozano es desalojado de la zona caliente por razones de seguridad. Los científicos hacían conjeturas sobre la formación de una isla.

7 EN GUARDIA. La segunda fase del proceso eruptivo no se manifestaba. Comenzaba otra semana con la incertidumbre sísmica. El lunes 17 se ofrecía a los vecinos la posibilidad de volver a La Restinga. La mancha de azufre se extiende hacia el oeste de la isla. En Vigo se prepara el viaje del Ramón Margalef, que llegaría finalmente el sábado 22 para sustituir al Profesor Ignacio Lozano, que había tomado muestras de agua y recogido peces muertos por los gases.

8 SIN FUERZA. El miércoles 19 y jueves 20 el volcán perdía fuerza, se apagaba en las profundidades y se teme por los efectos en la reserva marina. La Restinga vuelve a tener vecinos.

9 COMITÉ. El viernes 21, el Gobierno canario creó un comité de científicos diez días después de declarar la alerta, para investigar lo acontecido en El Hierro, mientras los pescadores lamentaban el veto a la pesca en aguas contraminadas. Se optó por decretar un paro biológico y habilitar ayudas para los damnificados por la crisis. En los dos últimos días, la alerta roja se mantiene, el volcán no resuella y la mancha se mueve mar adentro, mientras el Ramón Margalef localiza los dos focos eruptivos y un nuevo edificio volcánico de 100 metros de altura, y las columnas de gases.