El fenómeno de descompresión, conocido como enfermedad de los buzos o embolia gaseosa, es una de las principales causas de la mortalidad que están sufriendo los peces de más profundidad en la zona de erupción volcánica de El Hierro.

Esta es una de las conclusiones del último informe realizado por la doctora María José Caballero, investigadora del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tras el análisis de 18 ejemplares de peces muertos en La Restinga (11 de ellos frescos y siete congelados).

"Las escasas lesiones macroscópicas y microscópicas (congestión generalizada) encontradas en la mayoría de los peces analizados son nuevamente indicativas de que la muerte se produjo de forma aguda y probablemente por falta de oxígeno en el medio acuático (anoxia). Aunque aquellas especies de peces de más profundidad se caracterizan por presentar otras lesiones como burbujas de gas en córnea y epidermis, asociadas a fenómenos de descompresión por un rápido desplazamiento de los peces hacía la superficie marina que provoca la entrada de gases en tejidos", destaca la científica en su informe.

Otro de los datos aportados es el alto porcentaje encontrado de CO2 en las burbujas de gas de los peces analizados hasta el momento. "En cualquier caso, las burbujas de gas son signos de descompresión, igual que entran en la córnea o en la piel, también pueden pasar a órganos internos, pero eso está por probar. A falta de que concluya el estudio gasométrico, dichos resultados son preliminares", indicó Caballero.

La mayoría de los peces estudiados, tanto frescos como congelados, presentaban congestión de órganos internos, especialmente hígado, corazón y vejiga natatoria. En ejemplares de profundidad, como es el caso del Grammicolepis brachiusculus, se apreciaron además abundantes burbujas de gas en la córnea y en la epidermis.

Desde que comenzó la crisis volcánica en El Hierro, el Instituto de Sanidad Animal ha analizado un total de 56 ejemplares de más de 20 especies de peces, entre las que se encuentran bocinegros, rascacios, fulas, sargos, gallos morunos, cabrillas, seriolas, jureles, salemas... y de gran profundidad como el Grammicolepis brachiusculus, que habita a más de 680 metros.