El fenómeno volcánico que desde hace más de un mes se produce bajo las aguas de La Restinga, en la isla de El Hierro, está "en pleno auge" y la última de sus manifestaciones es la expulsión de gases, según explicó ayer Nemesio Pérez, director del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), que considera que, a pesar de que la actividad es evidente, "las posibilidades de que emerja un islote son escasas".

Pérez negó que el volcán se encuentre en periodo poseruptivo y, por contra, defendió la tesis de que el fenómeno se halla en plena fase eruptiva. "La expulsión de gases es una manifestación común y básica de la energía volcánica. Es, junto a los sismos y el tremor, uno de los pulsos energéticos de un volcán", señaló el científico a este periódico. Precisamente, en la tarde de ayer el Gobierno canario confirmó que la mancha originada por el volcán submarino había aumentado de tamaño debido a la continuada emisión de estos gases.

Su expulsión no ha sobrevenido "de un momento para otro. Todo lleva su proceso", señaló el director del Involcan. "Si las emanaciones de gases se percibieron el lunes, día 21, eso significaría que comenzaron uno o dos días antes a ser expulsados bajo el mar y de que se percibieran con la mancha coloreada de verde distintiva a partir de esa fecha".

Común

Esas manchas son apreciables en las diferentes imágenes que se están tomando desde entonces en el lugar por el helicóptero que transporta cada día a los científicos que supervisan lo que ocurre bajo el mar de Las Calmas, en donde está localizado el foco eruptivo.

Las emisiones de gases "son bastante comunes y previsibles en un proceso de reacción magmática", según Pérez. Los principales elementos que están saliendo a la superficie son vapor de agua, dióxido de carbono y compuestos de azufre (dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno), los considerados habituales en una erupción de estas características.

Sismos

El Pevolca informó ayer de que han aparecido en el proceso, con cierta frecuencia, "un tipo de señales volcánicas, llamadas long period, en las estaciones de la costa norte, así como una sismicidad en el sur, a una profundidad de entre 13 y 17 kilómetros". Carmen López, del Instituto Geográfico Nacional, explicó que "son señales muy leves, que ya habían aparecido antes y que hay que evaluar". La experta detalló que las long period (lp) son sismicidades asociadas al movimiento del magma. "Las del tremor se refieren a la boca eruptiva y las lp son las que se captan cuando el magma va por el conducto, como el agua por una tubería", aclaró la científica.

López, que considera que el volcán "por sus características, no tiene ninguna posibilidad de salir a la superficie", señaló que "la sismicidad es estable, más bien va a menos, y no ha habido ningún proceso de migración hacia la superficie de los sismos. Siguen registrándose los de los dos escenarios principales, uno a quince y otro a 20 kilómetros de profundidad, que son dependientes del mismo proceso eruptivo".

Al cierre de esta edición no se había producido ningún movimiento sísmico por encima de los tres grados en la escala de Richter.

En cuanto a la deformación, el Pevolca reveló que ayer se mantenía "en la orientación horizontal una ausencia de tendencia" y que seguía "el patrón de estabilidad que se ha registrado en El Golfo".