El piloto polaco Robert Kubica, el más rápido en la jornada del Shakedown, esconde sus cartas. Sobre el asfalto tira de acelerador para sacar provecho a su punta de velocidad pero fuera de su Citroën y sin el casco reglamentario echa el freno y se declara prudente. En su primera experiencia en el ERC no se marca más objetivos que el hecho de seguir conociendo su coche y sumar kilómetros para el futuro.

"En este momento creo que debo dejar mi espíritu competitivo en la habitación del hotel", aseguró éste entre risas antes de señalar que: "El reto que tengo por delante es mayúsculo. Es difícil de explicar pero es que hay tantas cosas nuevas para mí que no es fácil. Debo hacer kilómetros, aprender y después sacar conclusiones. Al fin y al cabo solo llevo 160 kilómetros de entrenamiento con este coche y 250 en carrera así que todo es demasiado nuevo para mí".

El que fuera piloto de Fórmula Uno en la escudería Renault y BMW Sauber debuta en Gran Canaria en el circuito europeo de rallys con un Citroën DS3 RRC. Lo hace además con un modelo adaptado. Tras sufrir un grave accidente a comienzos del 2011 perdió movilidad en su brazo derecho por eso dispone ahora de una paleta a la izquierda del volante con la que maneja la caja de cambios. "Gracias a que la FIA ha permitido este sistema de cambios puedo competir", se sinceró antes de dejar claro que no le concede ninguna ventaja frente a sus competidores. "Esto es algo que me ayuda por mis limitaciones ya que los tramos son muy sinuosos y es importante para mí el tener las dos manos en el volante pero no supone ninguna ventaja frente a los demás", apuntó.

Kubica analizó la dificultad que, para él, presenta el trazado insular. "Éste es un rally muy complicado ya que cambia mucho de un tramo al siguiente. Hay muchos ángulos muertos y ciegos, son cortos y no los ves hasta que te los encuentras de frente o te lo cantan las notas. Pero el principal problema es que son trazados muy rápidos y para hacerlo bien en estas condiciones tienes que tener mucha confianza y seguridad en el coche y esto no es fácil cuando lo haces por primera vez". En este sentido, Roberto Kubica señaló a la jornada del sábado como la más exigente en el programa diseñado para esta edición.

Por lo tanto, Kubica, pese a las buenas sensaciones que ha dejado en la afición la estela de su montura, prefiero no marcarse objetivos exigentes y señala a Kopecky, del equipo Skoda y dos veces ganador, como claro favorito a la victoria. "Jan es un piloto muy rápido y muy bueno, tiene experiencia y sabe lo que es ganar dos veces aquí, así que seguro que estará fuera de nuestro alcance. A lo mejor un podio sería bueno para nosotros pero realmente esto es lo último que me preocupa. Solo quiero conducir, sentirme bien con el coche, con el compañero, el equipo y, por supuesto, pasármelo bien", aseguró.

Sobre su futuro y un posible regreso a la Fórmula uno, Kubica Señaló que ahora solo piensa en el mundo de los rallys. "Por ahora estoy fuera de la Fórmula Uno, he elegido el mundo de los rallys y mi intenciones en seguir en el circuito. Estoy muy metido en esto, al 99 por ciento, diría yo", explicó éste.

Además, Kubica indicó que existen muchas diferencia entre ambos mundos. "En la Fórmula Uno todo está muy estudiado y ahora debo ir descubriendo todo poco a poco. El 80 por ciento de estas carreras está en la experiencia y el resto en las notas del copiloto y las dos cosas requieren de tiempo por lo que ahora no me debo preocupar por los tiempos sino por correr. Este es un deporte muy complicado y más para alguien que empieza como yo", repitió.

El polaco, a pesar de poner en relieve la dificultad que entraña el cambio de disciplina quiso también simplificar los conceptos. "Al final esto consiste en ir lo más rápido posible, frenar lo más tarde, ir delante del resto y conducir lo más limpio posible y sobre la trazada", valoró éste que sí que relativizó el esfuerzo físico y resistencia que exige la competición en carretera. "Realmente esto no me preocupa. No creo que sea un problema", afirmó el piloto polaco.