Una multitud esperaba a Robert Kubica en el Parador de Tejeda para comenzar el tercer tramo de la jornada, pero el polaco nunca llegó. La parte delantera del Citröen DS3 RRC estaba prácticamente desarmada, después de salirse en una de las curvas del segundo tramo, entre San Bartolomé de Tirajana y Tejeda -una especial de 21,36 kilómetros-.

Germán Reyes, un aficionado que compartía la zona del cruce de Carrizal con otros tantos, observó de primera mano como el entonces líder de la prueba dejaba en una valla todas sus opciones de victoria. "Varios aficionados intentaron sacar el coche de la cuneta, pero tenía destrozado la parte izquierda después de haber impactado contra la valla de seguridad", precisó el seguidor, que realizó varias fotografías para la posteridad. No todos los días se consigue una imagen tan llamativa de una estrella del automovilismo.

Varios kilómetros más arriba, la noticia de la retirada de Kubica sentó como un jarro de agua fría a los aficionados que esperaban la salida de la primera pasada entre el parking del Parador y los Lavaderos de Lanzarote, el tercer tramo de la jornada de ayer.

Eloy, Rubén y Juan Antonio, tras asiduos al Islas Canarias, no se podían creer su mala suerte. Se habían levantado a las seis de la mañana para estar en la zona de Lomo Cementerio, en el primer tramo, pero éste se había acortado por un accidente durante la noche. "Primero nos quedamos sin ver los coches, después del madrugón, y ahora no podemos ver a Kubica, vaya mala suerte", lamentaba Eloy Ramos, antes de enfatizar: "Nos hemos quedado botados". Sus amigos se lo tomaban con filosofía, aunque uno de ellos recordaba que las cervezas se estaban calentando y los bocadillos enfriando. Como ellos, muchos seguidores, que ya tenían trazado su itinerario, siguieron la prueba con el poso de tristeza de no poder seguir al polaco.