El plátano se lleva cultivando en las islas desde 1880 y hoy se ha convertido en uno de los productos más importantes del archipiélago canario.

Principalmente a nivel nacional, siendo el producto canario de mayor alcance de consumo en toda España, donde es elemento de identidad de nuestro archipiélago, según los datos aportados por Asprocan (Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias ).

Desde su introducción en las islas, el plátano se ha desarrollado como un sistema de cultivo tradicional y realizado por pequeños productores, ya que la extensión media de los cultivos es de apenas una hectárea, lo que representa un trabajo manual y familiar.

En total, alrededor de 8.000 productores desarrollan el sector, con una producción comercializada que el año pasado alcanzó las 416.000 toneladas en unas 9.100 hectáreas de enorme valor paisajístico para las islas. La producción y comercialización del plátano es intensiva en mano de obra por lo que genera tanto puestos de trabajo directos como indirectos en todas las fases de su producción, desde la cosecha y recolección, hasta el empaquetado y distribución. El sector genera una masa salarial bruta que supera los 150 millones de euros anuales que se distribuye en más de 9.000 empleos directos.

A estos empleos directos hay que sumar la considerable cifra de puestos de trabajo indirectos que, el sector platanero tiene como consecuencia de su producción en actividades relacionadas con su producción y comercialización.

Empresas industriales del cartón, transportes, o de suministros de insumos que tienen en el sector platanero una aportación fundamental para su sostenimiento.

Concretamente, el sector platanero de Canarias aporta a estos sectores relacionados una cifra de hasta 5.000 empleos indirectos que dependen del plátano para su continuidad.

Más de un millón de kilos de Plátano de Canarias se comercializan todos los días del año en toda España, lo que, sin duda, influye no sólo en el paisaje y tejido social de nuestro archipiélago como productor sino en todos los habitantes de las ocho islas de esta emblemática región del Atlantico medio donde sólo hace falta mencionar el color amarillo con pintitas negras para entendernos.