Vitolo protagonizó este año una de las archiconocidas serpientes de verano en el mundo del fútbol. Muy pronto comenzaron los rumores de una posible salida del internacional del Sevilla, ídolo en el Sánchez Pizjuán, hacia el Atlético de Madrid. El club colchonero tenía las manos atadas a la espera de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) revocase la sanción que la FIFA le había impuesto y que le impedía fichar hasta el mercado invernal. Esto no frenó las intenciones del club rojiblanco de ir a por el grancanario. Pero la situación sí generaba dudas en el jugador, que tenía claro que, a un año vista del Mundial de Rusia, no podía arriesgarse a estar media temporada parado.

En ese momento entró en juego la UD como posible equipo puente en el trasvase de Vitolo entre el Sevilla y el Atlético. La entidad que preside Enrique Cerezo veía como opción preferente a Las Palmas para que el internacional siguiera en activo hasta enero en su tierra.

El club andaluz se enrocaba, desde que empezaron los rumores, en el pago íntegro de la cláusula del futbolista (35,7 millones de euros). La operación estaba tan estancada que, en el último momento, el presidente Pepe Castro incluso anunciaba ante la sorpresa general que había llegado a un acuerdo para su renovación por cinco campañas y una cláusula de 50 kilos.

Pocas horas después, giro radical a la situación. Vitolo paga su anterior cláusula y sale pitando de Sevilla para recalar, vía Madrid, directo en Gran Canaria tras buscar las fórmulas legales que impidieran cualquier tipo de investigación por parte de la FIFA.

Fin del culebrón y desbordada alegría en la parroquia amarilla. Unos 7.000 mil incondicionales acudieron al Estadio de Gran Canaria para vitorear al hijo pródigo en su vuelta a casa. Con la llegada del nuevo galáctico, la UD revaloriza enormemente el potencial ofensivo de un plantel ya sobresaliente.

Desde el club se considera que un refuerzo de tanto nivel, aunque sea sólo para el primer tramo de la temporada, resulta crucial para intentar empezar a asegurar cuanto antes el objetivo marcado, como ya ocurriera la campaña anterior, donde la UD cimentó su permanencia en la categoría merced a una grandiosa primera vuelta.

La hinchada se frota las manos ante las prestaciones que promete el tándem que va a formar Vitolo con su amigo del alma Jonathan Viera. A pesar del varapalo de Prince, con la calidad contrastada de hombres como Halilovic, Vicente Gómez o Tana, el equipo sigue teniendo mucho potencial ofensivo.

A todo este arsenal hay que sumar otra llegada codiciada a la nave amarilla. Nos referimos al deseado Jonathan Calleri. Casi un año después de que el club comenzara a moverse para hacerse con el delantero argentino, su incorporación se ha hecho ya realidad, y por lo que se ha visto ahora la espera ha merecido la pena.

Aparte de Vitolo y Calleri, otros tres nombres completan la cuota de caras nuevas, más los futbolistas del filial-Borja Herrera tendrá ficha-, que presenta el tercer proyecto consecutivo de la UD en Primera División. En la portería, Leandro Chichizola. Con su fichaje, se alarga el listado histórico de guardametas argentinos que han pasado por el marco del conjunto amarillo. Pocas referencias se tenían de su trayectoria en los terrenos de juego tras jugar en River y en la Serie B italiana. Por su pretemporada, hasta la llegada del Trofeo Ramón de Carranza, el rol de titular no estaba tan decantado a su favor, pero con el partidazo ante el Málaga en Cádiz se supone que la puertas se abren para él.

En la defensa, otra cara nueva. Un jugador al que la dirección deportiva veía observando desde tiempo atrás. Se trata del granadino Ximo Navarro, quien se autopresentaba como un zaguero rápido y versátil. Lo primero lo ha demostrado durante los partidos de preparación, además de su contundencia.

Cierra el capítulo de fichajes Hernán Toledo, que llega con Calleri a través de una cesión del fondo de inversión ligado al Deportivo Maldonado uruguayo. Por lo pronto, el extremo ha demostrado muy poco.