"Estuvimos media hora dentro del incendio, totalmente rodeados, con diez minutos críticos de llamaradas y humo por todos los lados, además de un crujido terrible, brutal, se sentía crujir, pero no veíamos nada, hubo un momento en lo vimos mal, muy chungo", recordaron ayer los propietarios de la guardería canina Braco's, Manuel y Gloria, sobre el incendio que cercó su finca bajo la Cruz de Tejeda poco después de desatarse el miércoles en plena cumbre de Gran Canaria.

La pareja pasó "miedo, por supuesto, y aún sigue en el cuerpo, evidentemente", pero fueron los únicos vecinos que permanecieron en la zona, donde viven junto a una treintena de canes de clientes de toda la isla. A pesar de que "era lógico salir corriendo, no desalojamos a los perros porque no había tiempo para nada, nos quedamos aislados, aunque tenemos dos furgonetas, no entran todos, y hay animales más agresivos que otros, así que metimos a casi todos dentro de mi casa, repartidos en las habitaciones, en el salón o en el baño, hicieron un desastre", relataron al mediodía en su finca de Los Llanos, una parcela intacta entre laderas calcinadas y aún humeantes, pese a una intermitente lluvia caída desde la madrugada.

"Sí, afortunadamente, llovió para refrescar, pero aquí ya no había nada que quemar, está todo arrasado, por lo menos en esta zona, está completamente pelado, la última vez se quemó pero quedaron restos, ahora no hay nada, impresionante, y ya viene otro problema grave, la erosión", lamentaron para evidenciar que el actual siniestro "fue más fuerte y mucho más rápido" que el incendio sufrido en 2013 porque "estaba todo el material seco, muchísimo combustible sin retirar desde hace tres años, una cantidad terrible en ese barranco, aunque nosotros hicimos leña". Precisamente, "está limpio todo el perímetro de la finca, una limpieza exterior que hacemos y costeamos nosotros, por eso nos quedamos, además echamos agua y, aunque los árboles estaban podados, metí motosierra para cortar todo, más de una docena, me cegué", añadió Manuel Santana, natural de Santa Brígida pero residente en la Cruz de Tejeda desde principios de siglo.

Cuatro años atrás "me ayudaron con una manguera y cuba de agua, del Cabildo o de los bomberos, pero ahora llamé al servicio de emergencias para pedir, por favor, que me ayudasen, pero no apareció nadie, es lo que hay, la pareja del Seprona estuvo esta mañana", continuó el dueño del albergue canino, que afrontó el actual incendio "más tranquilo quizá por la experiencia del anterior". En su opinión, "es algo que se repite y se volverá a repetir, porque los barrancos y las laderas están llenos de porquería, todo abandonado, no existe gestión del monte".

No obstante, Manuel Santana eludió valorar la actuación de las administraciones contra el fuego: "Estuve donde arrancó el incendio y pensé que era imposible que llegara, pero a los diez minutos estaba aquí, no sé exactamente cómo han trabajado ellos con todos los medios activos, porque la campaña de incendios no está cerrada todavía, pero se les fue de las manos y, una vez se escapa, se acabó, ya no lo para nadie, aunque tuvieron la inmensa suerte de que se les ha presentado este tiempo, si no, hubiese sido peor".

Un poco más abajo de Braco's, el pastor y quesero retirado Francisco Sarmiento y su pareja sí desalojaron su vivienda junto a la carretera general por orden de la Guardia Civil, cuyos agentes "vinieron agresivos pero es lo que manda en ese momento, no se roza con ellos y ya está. Salimos por patas, casi nos asfixia el humo, el fuego estaba ahí y se oía crujir los árboles, madre mía", añadió Loli, natural de La Aldea.

Tras dormir en la casa de la hija de Pancho en Telde, la pareja regresó al mediodía para comprobar que la parcela no sufrió daños, porque las llamas "bordearon la casa gracias las gallinas, que tienen todo limpio alrededor. La otra vez me quedé escondido para proteger a las cabras que tenía hasta el año pasado y el fuego no afectó a más de la mitad de la zona de pastoreo, se quemaron seis casas pero escaparon todos esos riscos, ahora ardió todo, fue un rato largo más fuerte que en 2013", sentenció Francisco Sarmiento después de que la patrulla de la Guardia Civil liberara el cruce de Aríñez para acceder hacia la Cruz de Tejeda sobre las 13.30 horas.

Más abajo, en Risco Prieto, Luis Martín Ortega Marrero mostró su alegría al saber que el segundo burro que buscaba, la habitual pareja de equinos exhibida en la Cruz de Tejeda, también se salvó del fuego y aguardaba amarrado en una finca de la zona, aunque quizá tarden en regresar a su habitual ubicación por la devastación sufrida en el turístico enclave cumbrero. También comprobó daños en la zona el acequiero José Sánchez, que lamento los seis metros de tubería quemados pero agradeció el cambio meteorológico experimentado desde la madrugada. "Es poca cosa, pero es bueno que se vaya la tierra vistiendo, en ocho días dará gusto el campo si el tiempo acompaña un pizco", auguró el vecino de Lagunetas, de 57 años y dos decenios de labor en la presa de la cumbre, otro cumbrero permaneció en su vivienda, aunque al menos desalojó a su familia.