Un joven, un adulto y un anciano que, tal vez son el mismo hombre, despiertan una mañana en su casa de veraneo y, aunque ese lugar ya no les pertenece, recrearán en un día el verano de sus vidas. Así se plantea La película de nuestra vida, la ópera prima del director barcelonés Enrique Baró, que recrea una vida pasada, que comenzó en 1953, mediante películas domésticas, canciones y recuerdos, en un intento de recomponer ese verano idílico de antaño que marcó la existencia de los personajes.