Diego F. Hernández

El maestro de la salsa se despide de los directos del género al que se ha dedicado desde joven. Rubén Blades (Ciudad de Panamá, 1948) dice adiós a los conciertos de salsa, pero que nadie se equivoque, ya que su voluntad es continuar haciendo música en otros frentes, activar proyectos ligados al cine y a la televisión, y si las circunstancias lo permiten, regresar al ruedo político en su Panamá natal. Esto último está por ver. El panameño pisa este fin de semana a los escenarios de Canarias con las últimas fechas en territorio nacional de una gira en cinco escalas con el sugerente título Caminando, adiós y gracias. Hoy viernes 21, el autor de Pedro Navaja acompañado de la poderosa formación Roberto Delgado & Orquesta, despliega el repertorio más celebrado de su carrera en el Parque Marítimo de Santa Cruz de Tenerife; y manaña sábado, a partir de las 21.00 horas, en el anexo al Estadio de Gran Canaria.

El público de Vitoria, Madrid y Barcelona han sido testigos en la última semana del estado de forma de Blades y de la formación que dirige Roberto Delgado, banda con la que viene trabajando Blades desde 2010, y con quienes ha registrado dos discos, Son de Panamá, álbum premiado en los Grammy Latino, y el último Salsa Big Band, y otros que están por llegar con este combo, y en otros proyectos que avanza en este relato trenzado con un cuestionario que el cantante despachó a este periódico en medio de la gira penínsular.

Es el reencuentro con un músico que ha tenido una presencia regular en los escenarios de las Islas. La última en Gran Canaria fue hace nueve años, en agosto de 2008 y acompañado por Son de Tikizia, un grupo de músicos de un perfil distinto a los que le secundan en esta gira que lo ha tenido en la carretera desde el pasado año, y con la que continuará al menos hasta comienzos de 2018. Clásicos como Decisiones, Ligia Elena,Padre Antonio por supuesto Pedro Navaja, sonaron aquella noche, y mañana el anexo en Siete Palmas se presta, a juzgar por lo que cuenta el panameño, a un concierto antológico regado de la mejor salsa, la que no repite ni contamina.

"Vamos a presentar muestras de nuestro del repertorio que nos acompaña desde los comienzos de mi carrera, por cierto incluye el tema En Canarias. Lo haremos junto a Roberto Delgado y Orquesta, de Panama, con quienes venimos presentandonos alrededor del mundo desde hace seis años. No habran trapecistas, elefantes, ni trucos. Solo buena musica", explica Rubén Blades sobre el especáculo que trae a las Islas.

Un show presidido por los versos " Caminando, se aprende en la vida, Caminando, se sabe lo que es. Caminando, se cura la herida, Caminando, que deja el ayer..." , con lo que se abre uno de sus episodios mayores, Caminando, del disco homónimo de 1991. Y logicamente, a Rubén Blades había que preguntarle por la dimensión de esta retirada de los conciertos de salsa, y cuál va a ser su hoja de ruta, en lo personal y profesional, cuando agote la gira junto a la orquesta de Roberto Delgado.

"Las giras, no el género"

"Suspendo las giras de salsa. No abandono al genero. Aún estoy produciendo albumes de salsa", deja claro Blades. En cocina tiene varios frentes abiertos en el género: "Tengo albumes con Boca Livre (Brasil), Editus (Costa rica) y con un grupo nuevo, en la linea de "mixtura", que incluye rock, reggae, pop".

De la orquesta que le acompaña no repara en halagos. Encontró en estos músicos en el proceso de revisar los arreglos de su repertorio, y la posibilidad de "recobrar el poderoso sonido de las Big Bands de los 50's", tal como presenta a esta formación. "La banda es excelente y continuare produciendo con ellos, solo que no hare giras de salsa. Pero si grabaré y tocaré con ellos, solo en Panamá."

Los responsables del nuevo sonido de Blades son el propio Roberto Delgado, director musical y arreglos, además de bajo eléctrico y coros; Juan Berna, piano; Luis Enrique Becerra, teclados y coros; Marcos Barraza; congas y coros; Carlos Pérez-Bidó, timbales y coros; Raúl Toto Rivera, percusión; Ademir Berrocal, batería y coros; Juan Carlos Wichy López y Alejandro Castillo, trompetas; Francisco Delvecchio, Idígoras Bethancourt y Avenicio Núñez, trombones; y Carlos Ubarte, saxo barítono.

El cine y la televisión son otros dos registros que frecuenta a su conveniencia, aunque en la actualidad las series para televisión le mantienen ocupado. Explica Rubén Blades que "con el cine, recibo ofertas y las evalúo. Si me interesan las acepto, si no entonces las declino. En television, viene la cuarta temporada de Fear the Walking Dead, y un documental que dirige el panameño Abner Benaim.

Con una larga veintena de trabajos discográficos, inmunerables colaboraciones con artistas de distintas geografías culturales, y con catorce Grammys, entre ellos seis latinos, cumple medio siglo como la voz de la salsa, y el género, al menos en sus manos, parece imperecedero. ¿Deja su legado en buenas manos? ¿Se puede hablar de un relevo generacional, o por el contrario, nada es ni suena como ayer? Dice Rubén Blades que "esos juicios corresponderan al futuro, no a mí". En su opinión, "cada generacion interpreta a su realidad de acuerdo a su experiencia. La salsa existe y puede y podra ser referenciada historicamente por las futuras generaciones".

La denuncia

A Rubén Blades se le cuestiona igualmente acerca del poder de la música como herramienta para contar lo que no se dice, para la denuncia y la crítica social o política. Y el uso que él hace de todo esto. "Creo que el arte proporciona diversas oportunidades. Puede ser utilizado para escapar de la realidad, para enfrentarla, para denunciarla, para proponer soluciones, cada artista interpretara de acuerdo a su condicion y caracter".

El autor de Siembra (1978) y Buscando América (1984), que se hizo hueco y construyó figura de mano de Ray Barreto, en el seno de la Fania All Stars y con Willie Colon, antes de proyectar su marca, ha trabajado su rol artístisco sin olvidarse del tiempo, el país y el continente en el que le ha tocado vivir. Ya probó las curvas de la gestión pública, de la política en Panamá cuando asumió de Ministro de Turismo entre los años 2004 y 2009. Ahora, no descarta volver al ruedo político a medio plazo, aunque esta decisión depende de distintos factores que tendrá que valorar en su justo momento.

A este respecto y a la pregunta del posible regreso al "proceso político" en su país, según sus propias palabras, y si le preocupa la situación actual de Panamá y cómo Donald Trump hace aflorar las estrategias políticas del pasado hacia la comunidad latina, señala el cantante que esta decisión "dependera de mis obligaciones presentes y de mi posibilidad de cumplirlas al futuro. Dependera del grado de apoyo del electorado y del número de personas que decidan participar de la administracion del interes publico, y de la aceptacion de nuestra propuesta para crear un nuevo paradigma de administracion publica que se vea apoyado por una nueva constitucion".

En cuanto a Panamá y la figura de Donald Trump, subraya Blades que "en Panamá tenemos serios problemas a consecuencia de la mediocridad y corrupcion de servidores publicos. Pero esta situacion puede cambiar, si el pueblo decide aceptar las consecuencias economicas de la honestidad. DeTrump recuerda que "es un caso sui géneris. Nada es predecible, o con antecedente. Esperemos lo peor", sentencia.

Mientras Rubén Blades sopesa su estrategia política, y sí esta llega a producirse a medio plazo, queda la música, y la celebración que supone la previsible última oportunidad de tenerle en directo con este formato y repertorio.