Agosto de 1968. Las fotografías de los periódicos muestran al actor Alain Delon recibiendo en el aeropuerto de Niza a la que fuera en otro tiempo su gran amor, la actriz austriaca Romy Schneider. Han pasado cinco años desde su separación y el rodaje de la película La piscina en la Costa Azul los reúne de nuevo en la pantalla en una cita no exenta de morbo y por supuesto de una gran expectación. El reencuentro entre los dos amantes hace saltar los titulares de los medios recordando otros tiempos en que fueron bautizados "los novios del cine europeo" mientras paseaban el que parecía ser un romance eterno por platos y alfombras rojas de medio mundo. El rodaje de la película Amoríos (Pierre Gaspard-Huit, 1958), un melodrama decimonónico para lucimiento de Romy Schneider, los ha reunido por primera vez en la pantalla. Ha sido la actriz quien lo ha elegido como partenaire para el remake de una obra, Liebelei, que había protagonizado su madre, Magda Schneider, en los años treinta bajo las órdenes de Max Ophüls.
La actriz busca encauzar su carrera profesional protagonizando otros papeles en la pantalla alejada de la figura de Sissí, el personaje que la ha proyectado internacionalmente. Delon por su parte trata de abrirse una carrera profesional arrastrando tras él un pasado algo oscuro y entre otras ocupaciones, excombatiente en la Guerra de Indochina. Su atractivo físico constituye su principal arma colocándolo entre los nuevos jóvenes galanes del cine europeo. Dos directores, Luchino Visconti y René Clément, instituyen ese magnetismo casi animal que el actor irradia junto a su poderosa belleza eligiéndolo como protagonista de sus obras, Rocco y sus hermanos y A pleno sol, que confirman su ascensión, en esa doble proyección de bello y tenebroso.
A mediados del mes de agosto de 1968 el realizador Jacques Deray dirige las primeras tomas de La piscina en una lujosa villa a las afueras de Saint-Tropez. La película, un thriller psicológico en medio de una atmósfera de lujo y voluptuosidad, cuenta con un atractivo reparto encabezado por la pareja Delon y Schneider a los que se suman, otra estrella del cine francés, Maurice Ronet y una jovencísima Jane Birkin, desembarcada en Francia y que se acaba de unir sentimentalmente a Serge Gainsbourg. Un cuarteto que exhala elegancia y sensualidad bajo el sol y el azul luminoso de la Costa Azul. Las imágenes amorosas de Alain Delon y Romy Schneider junto a la piscina, acariciándose o besándose apasionadamente alimentan las revistas y se convierten en la mejor promoción de la película. A la vista de la intensidad de algunas de las escenas de sexo los rumores de una posible reanudación de sus antiguas relaciones sentimentales sacuden todas las redacciones. Ficción y realidad se mezclan en el imaginario popular. Pero tanto Delon como Schneider saben que no hay vuelta atrás. La actriz está felizmente casada con el director y actor alemán Harry Meyen. De la unión han tenido un hijo, David, nacimiento que le ha llevado a dejar en un segundo plano su carrera cinematográfica. Por su parte Delon, está a punto de iniciar una larga relación sentimental con la actriz Mireille Darc, después de su matrimonio de cuatro años con Nathalie Delon, la mujer por la que abandonó a Romy Schneider.
Gracias a Delon, que ha impuesto su nombre a los productores en un principio reticentes a contratar a una actriz que consideran pasada de moda, Schneider ha vuelto a un primer plano dejando temporalmente su hogar berlinés. El rodaje de la película finaliza a principios de octubre estrenándose a principios de 1969 con gran éxito en las salas de cine. Alain Delon confirma su estatus de estrella del cine francés y europeo, y Romy Schneider inicia una segunda etapa profesional en el cine francés que tendrá su primera revelación en el melodrama Las cosas de la vida (Claude Sautet, 1970). Convertida en un clásico del cine francés, la historia de La piscina, casi cincuenta años después de su realización, ha vuelto a las pantallas gracias al remake de Luca Guardagnino, A bigger Splash, una nueva lectura de la película esta vez con la pareja Tilda Swinton y Matthias Schoenaerts en los papeles de Romy Schneider y Alain Delon, mientras Ralph Fiennes y Dakota Johnson se hacían cargo de los papeles que en su momento interpretaron Maurice Ronet y Jane Birkin. Los ambientes sofisticados de la Costa Azul por su parte se trasladaban a los paisajes de la Italia meridional.
Si las imágenes de La piscina nos devuelven toda la belleza en movimiento de una pareja mítica, las fotografías de la exposición, en color o blanco y negro, reavivan la leyenda de los amantes inmortales que vuelven a renacer bajo el sol victorioso del verano.
