Los aspectos más épicos de la Historia de Canarias se circunscriben principalmente a la resistencia aborigen durante la conquista. A pesar de la gran cantidad de investigaciones que se han realizado en los últimos años, todavía son pocos los casos que, en el noveno arte, han glosado estas páginas del pasado. Hasta el momento la referencia había sido La Historia de Canarias en cómic guagogui del alemán afincado en las Islas, Pieter Van Arkel, publicado en 1995, y en la que se utilizaba un tono caricaturesco cercano a Forges o Monteys. También habría que citar La otra historia de Canarias, de 1982, por Luis Ortega y Julio Padrón, en un tono también humorístico donde se compaginaban los hechos del presente y el pasado para explicar ciertos vicios actuales. Por otro lado, la mítica revista El camello, el mejor ejemplo de una publicación de calidad sobre cómics en Canarias, incluyó algunos capítulos sobre este tema. Pues bien, en el lado opuesto a estos precedentes hay que situar Historia de Guanches de Juan Carlos Mora, que publica Ediciones Idea, y que utiliza un estilo preciosista, a medio camino entre el dibujo y la técnica digital, para mostrar los momentos más importantes de la conquista de Tenerife, pero cuyo resultado es una lectura apacible y entretenida que consigue enseñar a través de sus verdaderos protagonistas cómo fueron esos sucesos.

Finales del siglo XV

Hasta el momento, Mora ha publicado cuatro volúmenes que se centran en los hechos acaecidos a finales del siglo XV, con la conquista e incorporación de la Isla a la Corona de Castilla basado en los estudios de Torriani, Espinosa, Viera y Clavijo y Rumeu. Los tres primeros abordan las vivencias de los menceyes Beneharo, Bencomo y Bentor, con el hilo conductor de un joven príncipe guanche, hijo de Beneharo, como protagonista. El cuarto, publicado en 2016, se centra en la legendaria princesa guanche Dácil, personaje principal del poema de Antonio de Viana, de La Conquista de Tenerife (1604) y donde se narra la historia de Dácil, hija del mencey de Abona y nieta de Bencomo, que se casó con el conquistador Fernando García del Castillo, matrimonio que se convirtió en pieza fundamental de la historia de la princesa en el poema. El autor ya ha anunciado un quinto volumen con el título de Andamana, la madre de los Guanartemes para finales de este año. Analizando cada álbum individualmente se ve un claro proceso evolutivo por parte del autor. El primero, Benahor, el mencey de Anaga muestra su estilo hiperrealista de forma contundente para contar los primeros contactos de los aborígenes con los castellanos cuando los primeros aún viven en un ambiente de inocencia y libertad mostrando una candidez tremenda a la hora de negociar con los enemigos. El segundo, Bencomo, el mencey de Tahoro, que muestra cómo las tribus locales vencen a los invasores, es el más brillante en cuanto a que proliferan las escenas de lucha repletas de detalles de todo tipo y que muestra una gran habilidad para la viñetas exuberantes. El tercero, Bentor, el heredero, aborda la pérdida de la tierra patria, Y el cuatro, Dácil, la princesa, se centra en las alianzas con nuevas técnicas como la acuarela y la aguada.