"Los niños' cambió la ley para las personas con Down"

Violeta Medina trabaja como agente de prensa para películas latinoamericanas en Madrid y, además, ha diseñado el ciclo de cine chileno de Cine+Food, que arrancó ayer con la película 'Neruda', de Pablo Larraín

"Los niños' cambió la ley para las personas con Down"

La chilena Violeta Medina trabaja como agente de prensa para películas latinoamericanas en Madrid. Ha diseñado el ciclo de cine chileno de Cine+Food, que arrancó ayer con la película Neruda, de Pablo Larraín) y que acogerá proyecciones hasta el domingo en las pantallas de los Cinesa El Muelle. "Larraín es, hoy por hoy, el mejor director chileno. La revista Variety lo distinguió en 2016 como el mejor del mundo. Ese año había logrado estrenar dos películas biográficas tan personales como Neruda y Jackie, sobre el poeta chileno y la primera dama estadounidense Jackie Kennedy. Fue toda una hazaña que demuestra la excelente calidad que lo respalda, especialmente por la figura como productor de su hermano Juan de Dios, con quien trabaja siempre. Son los Almodóvar de Chile", sostiene la experta.

Medina es, además, poeta y una enamorada de Agaete, lugar que conoce desde 2002 y donde sueña con poder comprarse una casa. "He vivido muchas veces la fiesta de La Rama. Es uno de los pocos rincones del mundo donde tienes todo, montaña, un valle impresionante, un pueblo precioso y el mar. Cuando voy para allá es como volver a casa".

Hoy, a las 22.00 horas, presenta Los niños, de Maite Alberdi, plato fuerte del ciclo, pre estreno de la película en España...

La película se distribuirá en salas en diciembre próximo. Además de ganar el premio a la mejor directora en noviembre en el festival IDFA holandés, el Cannes de los documentales, ganó Docs Barcelona y fue seleccionada en sección oficial internacional en Documenta Madrid. A pesar de su juventud, Maite Alberdi ya había estado nominada a los Premios Goya a la mejor película iberoamericana por el documental Las once (2014), que tuvo gran repercusión. Ella tiene la virtud de rodar de una manera que la gente se olvida de la cámara. En este caso, abordando un tema que se ha tratado pocas veces, porque la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down hasta no hace mucho no superaba los treinta años. Pero, ¿qué pasa ahora con la generación que tiene esa discapacidad y ya ha superado los 40 y 50 años? Son gente que lleva yendo durante toda su vida al mismo colegio, de lunes a viernes. En el caso de Los niños, apuntados a un taller de repostería. Lo interesante de la película es que nos muestra, desde dentro, como piensan, sienten, se organizan estas personas, y cuales son sus sueños. El documental parece por momentos una falsa ficción y, si este género suele asociarse generalmente a lo trágico, este en cambio está lleno de humor, ellos son gente con mucha emoción y pasión, que se ríen con los espectadores y también de la realidad. Es una película entrañable y hermosa. Y tuvo un impacto tan importante en Chile que cambió la ley. Con el apoyo una plataforma formada por más de 40 asociaciones, consiguió igualar los salarios de las personas con síndrome de Down al resto de trabajadores del país.

Rara, película que se proyectará el sábado, obtuvo el Premio Horizontes Latinos de la edición del festival de San Sebastián de 2016.

Y el Premio del Jurado a nuevos directores en festival de cine de Berlín ese mismo año. En el ciclo contamos con dos primeras películas de directoras y dos dirigidas por mujeres, pues entre los muchos directores de cine que hay en Chile actualmente hay una importante cantidad de mujeres. Rara es la ópera prima de Pepa San Martín. Está basada en un hecho real, una jueza a la que le quitan la custodia de las hijas por vivir en pareja con otra mujer. Aunque finalmente ganó el proceso en la Corte Interamericana de Justicia tras siete años, en ese tiempo se le impidió vivir con las niñas. Pero lo que hace la película interesante es que no se centra en el proceso, sino en la mirada de una de las hijas de la jueza, de trece años, cómo se enfrenta a esa realidad desde que empieza a sentirse extraña por el efecto que su situación, que para ella era normal hasta ese momento, tiene entre sus amigas del colegio. Es una película de mucho realismo, muy bella y con muchos momentos de humor.

El ciclo termina el domingo con Las plantas , de Roberto Doveris, que se alzó con dos premios al mejor cine joven del último festival de Cine de Berlín.

La estrenamos en Canarias. Es otra ópera prima y una coproducción entre Chile y Argentina. Está basada en un cómic y cuenta la historia de Florencia, una joven de 17 años, quien debe hacerse cargo de su hermano menor, que se encuentra en estado vegetal. A través de ella descubrimos el entorno en que se mueve estos chicos y chicas a los que, por ejemplo, les gusta mucho la música de Corea del Sur, con sus llamativas coreografías. Es una película que muestra una manera de mirar el mundo muy diferente a la de las generaciones más maduras y gusta por eso mucho a la gente joven. También gusta mucho a los amantes del cine de autor. Es muy innovadora en lo estético, pero a la vez entretenida y con algunas escenas de sexo de alto voltaje. Las plantas tiene también el interés de estar protagonizada por la joven cantautora argentina Violeta Castillo en su primer papel en la gran pantalla.

¿Cómo valora hoy el panorama del cine latinoamericano?

Si bien el cine latinoamericano sigue estando muy apegado a la realidad política y social del continente, lo que se está produciendo en los últimos tiempos es que algunos han sido capaces de conquistar Hollywood, como es el caso del Premio Óscar a la mejor película de Alejandro González Iñarritu por Birdman en 2015 o Cuarón que arrasó el año anterior con Gravity (2013). El enfoque de Pablo Larraín a la figura de Jackie Kennedy en Jackie (2016) es inesperado, muy poco convencional, atreverse con una figura de ese calado es un atrevimiento sin precedentes. En estos 17 años en que he vivido de cerca la realidad he visto cómo han salido países que no tenían cinematografía, como Bolivia, Paraguay, Guatemala, República Dominicana o los países centroamericanos. Los tres importantes siempre han sido Méjico, Argentina y Brasil. Además de estos, Chile, Uruguay y Colombia han sobresalido en los últimos años. Cuba sigue teniendo la mejor escuela de cine de América Latina y está logrando por fin tener las primeras productoras privadas, es un país con producciones siempre muy interesantes. Un caso excepcional es el de Venezuela, porque ha sacado su mejor cine en los años de mayor dificultad del país. Hay una nueva generación de directores formados muchos en el extranjero que han sido capaces de rodar dentro con peligro de su propia vida y gran repercusión. Desde allá (Lorenzo Vigas, 2015) es la única película en español que ha ganado el festival de Venecia; Pelo malo (Mariana Rondón, 2013) ganó la Concha de Oro en San Sebastián; y Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari, 2012) ganó el primer Premio Goya para Venezuela y fue, aquel año, la única noticia que unió a todo el país, fue muy emocionante. El cine latino está logrando proezas, en condiciones a veces en extremo adversas, rodando con esa mística, como una necesidad, un estallido. Puede ser que no tenga unos grandes presupuestos, pero lo cierto es que te toca, te llega, te habla.

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