Largas semanas llena de incertidumbre y de mucha preocupación. Semanas en la que de alguna manera le hemos visto las orejas al lobo, hasta que llegó el pasado martes y la situación dio el más inesperado de los giros. Verdad es que tengo amigos sesudos que llevan años diciendo que el principal problema que tiene este país es Cataluña y que quiénes tenían que solucionarlo se dormían en los laureles. Y tanto, como que de golpe nos despertamos una mañana con un tsunami político serio, muy serio.

Está clarísimo que hay que depurar responsabilidades, pero desde todos los ángulos y con todos los protagonistas, los que se durmieron y los que se han querido aprovechar del letargo. El martes, ese señor mezcla de Harry Potter y Andreu Buenafuente dio un paso atrás ante la perplejidad de propios y extraños. Nadie le entendió, sobre todo después del guirigay que montaron él y su cuadrilla. Me alegré. Rectificar es algo bueno y dar tiempo también. Ahora es el momento de escuchar, y no de provocar, de unir y de aprender a cuidar nuestras autonomías. Se acabó el dividir, mucho mejor sumar. Dónde va a parar.

Y seguimos con el calorcito en un otoño precioso que da gusto pasear o viajar entre islas. Por cierto, se acaba de celebrar en Lanzarote el Torneo Villas de Alondra Dn Facility. Más de un centenar de jugadores de todas las Islas se dieron cita el fin de semana en Lanzarote Golf para participar en la III edición de esta prueba, que comenzó con un concurso de drive, así como de approach y putt.

El sábado los participantes salieron a jugar 18 hoyos, en los que se proclamaron ganadores, cada uno en su categoría, Nicolás García, Elías Martín, Jesús Medina y Ann Lee. A todos, enhorabuena. La entrega de premios se celebró en el restaurante Arena, de Villas Alondra, con un animado sorteo y una elaborada cena de manos del chef Luis León. La noche terminó con baile y mucha diversión. El golf.

Estuvimos en la presentación de la segunda edición Triana Celebra Excelencia Gran Canaria, que será los días 20 y 21 de este mes. La calle de Triana y alrededores se convertirán en una Gran Canaria en miniatura, donde cada uno de sus rincones representará un municipio a través de la gastronomía , la cultura, los deportes la historia, la fotografía, la artesanía y el folklore. Días para disfrutar con familiares y amigos en ese reducido espacio y apreciar las costumbres y exquisiteces de cada rincón de la Isla.

Exquisitez, ese es el recuerdo con el que me quedo en la despedida de Belén Jaén. Muchos ratos en Monte 70, donde ella ejercía de anfitriona enfundada en una figura distante y elegante, mujer que siempre tenía una frase inteligente y sutil que procuraba sonrisas. Belén Jaén se fue pidiendo a su familia y amigos que quería ser recordada con alegría y así ha sido. El sábado pasado, en La Guarida, pudo reunir a históricos de la música y del buen vivir, a muchos amigos que no se encontraban en años. Volvió a hacerlo, como siempre, con la alegría del encuentro con copas y música. Belén ha sido un pilar importante en una época en que en su casa todos tuvimos espacio. Hasta siempre, amiga.