Diego F. Hernández

La música popular de Canarias se arrima a otros estilos sin perder la esencia. Simbeque Project lleva trabajando en esta dirección desde hace un par de años, y la experimentación con el jazz y otras texturas se ha cobrado un discurso musical que evidencia "la evolución natural que ya han experimentado otras muchas músicas del mundo como el flamenco, la música brasileña o la cubana", según el director musical de Simbeque y guitarrista, Miguel Manescau. El grupo descubre este viernes, en el espacio Rincones del Mundo en el ciclo El Rincón del Jazz, del Auditorio Alfredo Kraus, a las 21.00 horas , su primer trabajo discográfico Simbeque Vol 1. (2016), primera entrega de una trilogía de la que se ha comenzado a grabar el segunda volumen, y cuyo fin no es otro que poner en valor la tradición, a la vez que revestir de modernidad un patrimonio cultural contaminado en lo artístico por la herencia castellana y las infuencias del continente africano y americano.

Simbeque tiene su origen en la asociacion sociocultural Mousike, en La Laguna. "Al reunirnos una serie de músicos, que la mayoría pasaron como profesores por los ciclos de master class que realizamos, y coincidimos en la necesidad que teníamos de rendir tributo a nuestro folclore, música con la que hemos crecido todos, pero con la intención de fusionarla con otras muchas músicas que también han formado parte de la banda sonora de nuestras vidas como el jazz, rock, electrónica,etc... Y realmente hasta el momento no podemos estar más contentos con el resultado y con la implicación de este maravilloso equipo", explica Miguel Manescau.

Junto a él, participan en Simbeque los musicos Octavio Hernández y Jonay González Mesa, guitarras; José Alberto Medina, teclados y piano; Roberto Domínguez, bajo eléctrico; Akior García, batería; Luis Suárez, percusión; Norberto Arteaga, saxos, clarinete y flauta; Gustavo Gamaza, saxo tenor; Natanael Ramos, trompeta; y la voz de Beatriz Alonso.

La primera referencia discográfica Simbeque Vol I, que se editó mediante una campaña de micromecenazgo, es un colorista mosaico de las formas musicales que maneja esta numerosa banda. Aires de Lima (de La Palma y de Valsequillo), Tango Herreño, Arroró, Tambor de sequías, Interludio para Valentina, Baile del Vivo y Sorondongo, conforman un repertorio donde se cambia el paso a la tradición entre desarrollos jazísticos y arreglos de viento. La apuesta de dar otra vuelta al foclore se afronta como un hecho natural. Es la percepción de Miguel Manescau, quien asegura que es necesario mantener viva la tradición entre las nuevas generaciones con trabajos de esta naturaleza.

"La fusión es riqueza en todos los sentidos, además es una evolución natural que ya han experimentado otras muchas músicas del mundo como el flamenco, la música brasileña o la cubana, y está claro que el resultado en todos estos casos ha sido muy enriquecedor", señala el músico tinerfeño. La fusión de culturas "nos retroalimenta" y con Simbeque "alimentamos tanto el interés de las nuevas generaciones hacia nuestro folclore como al público más purista los acerca hacia otras sonoridades más contemporáneas".

El disco y el recorrido que ha tenido Simbeque hasta la fecha ha supuesto además "una oportunidad de aprender más sobre nuestro folclore y con la tranquilidad que siempre hemos defendido la total libertad de actuación musical sin mayor pretensión que disfrutar de la música. y arreglar y ejecutar lo que nos apetece". El trabajo de Simbeque se suma a los numerosos proyectos musicales en las Islas que han utilizado el repertorio tradicional del Archipiélago. En opinión de Miguel Manescau, la experimentación con el pop, rock, músicas del mundo, canción de autor, electrónica y jazz que se ha prodigado en últimas décadas, caso de Mestisay, Artenara, Kráter, José Antonio Ramos, Germán López o Don Juan León y su Conjunto, y otras propuestas salidas de la escena jazzística en la Islas, son muestra de que "es un campo muy extenso y en el que se puede seguir evolucionando mucho todavía; todos los nombres que mencionas sin duda han sido referentes para cada uno de nosotros ya que forman parte de la cultura canaria con mayúsculas, pero nunca hemos creido en la comparativa como dirección para esta idea", puntualiza Manescau. "Nunca hemos apostado por hacer música con fines comerciales o repitiendo líneas que han funcionado con anterioridad, siempre tuvimos claro que esto tiene que ser un laboratorio de investigación y un lugar donde continuar aprendiendo día a día".

Con los otros dos volúmenes de Simbeque en el horizonte, el grupo estuvo en octubre pasado en Nueva York y Boston. "Esta experiencia ha sido un auténtico lujo para Simbeque", subraya Miguel Manescau, ya que permitió mostrar en estas ciudades "un proyecto relativamente joven y además disfrutar de compartir nuestra música con músicos de la talla de Diego Baber, Mark Lomanno o Fernando Huergo. Creo que sin duda ha sido una gran inyección de energía para seguir creyendo en este proyecto y continuar trabajando en que cada día sea un poco más grande. También ha sido una demostración de otro de los objetivos de este proyecto que es la internacionalización de nuestra música y el poder mostrar otra visión de la misma".