Si hay un héroe popular en Rusia, ese es Yuri Gagarin. El legendario cosmonauta, el primer hombre en viajar al espacio, sigue en la memoria de todos los astronautas, incluso 50 años después de su muerte, el 27 de marzo de 1968.

En el Centro de Formación de Cosmonautas, cerca de Moscú, Gagarin sigue acompañando a las nuevas generaciones en forma de estatua de bronce que, a la entrada, recuerda al considerado Colón del espacio.

"La primera nave espacial del mundo con un hombre a bordo, la Vostok, se puso en órbita desde la Unión Soviética el 12 de abril de 1961. El navegante espacial que pilota la nave es un ciudadano de la URSS, el Mayor Yuri Gagarin." Para el mundo de 1961 éste fue un anuncio electrizante, realizado mientras Gagarin estaba en el espacio en plena pugna por la carrera espacial que mantenían Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Los estadounidenses se quedaron atónitos, aunque felicitaron a Moscú -años más tarde ganarían la batalla de poner al primer hombre en la luna-. Este histórico vuelo de 108 minutos, una única órbita alrededor de la Tierra, lo convirtió en el primer ser humano en el espacio y en un héroe internacional con tan solo 27 años.

Aunque el espíritu de Gagarin sigue presente en Moscú, en el Museo Conmemorativo de la Cosmonáutica, situado cerca del Centro de Exposiciones de toda Rusia (VDNH).

La ubicación del museo se vislumbra a varios kilómetros gracias al Monumento a los Conquistadores del Espacio, de titanio y 107 metros de altura. La Avenida de los Astronautas, que lleva hasta el museo ya sumerge al visitante en la historia de la exposición. A lo largo del paseo se puede vislumbrar los bustos de distintos cosmonautas además del propio Gagarin, como Valentina Tereshkova, mundialmente conocida por ser la primera mujer en viajar al espacio en 1963.

El centro museístico se encuentra en los propios cimientos del monumento. En sus salas se pueden ver las escafandras, los objetos de la vida cotidiana de los protagonistas de la exposición...

También hay estaciones interplanetarias, como una copia de la estación espacial MIR, aunque también hay objetos únicos, como el aparato en el cual volvieron vivos los perros Belka y Strelka.

Además, hay instalados varios objetos interactivos, que permite sentirse como en un viaje espacial: maquetas de entrenamiento y una reproducción en miniatura del Centro de la Dirección de los Vuelos Espaciales, donde es posible observar la Estación Internacional Espacial Internacional en tiempo real y se puede comunicar con la tripulación.

Aunque este centro rinde tributo a Gagarin, en el suroeste de Moscú se encuentra su plaza en el que se eleva un monumento, de más de 40 metros de altura, de titanio y aspecto futurista, en el que aparece en la cúspide la figura de Yuri Gagarin caracterizado como un superhéroe.

Sus restos descansan en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin, en un paseo hacia el Mausoleo de Lenin. En este lugar, también están enterrados otros personajes famosos de la historia como Stalin, Chernenko, Brézhnev o Andrópov.

Monumento a 'Laika'

Pero Gagarin no es el primer héroe espacial. Un ser peludo y de cuatro patas se llevó antes la gloria: Laika, el primer ser vivo en ir al espacio. En 1957 orbitó la Tierra a bordo de la Sputnik 2.

La hazaña de la pequeña perrita callejera, que había sido entrenada para el viaje, abrió camino a las misiones espaciales tripuladas. El suyo fue el primero de varios intentos en los que también se utilizaron perros. Está sumergida en la cultura popular, grupos como Mecano o Massacre le han dedicado canciones.

En homenaje a ella, se inauguró un monumento en su honor. La estatua se halla cerca del Centro de Investigación Militar en Moscú y es una reproducción de Laika parada sobre un cohete. Por su importancia histórica, por su contribución al desarrollo del conocimiento aeroespacial, y por la ternura que su historia implica, la visita al monumento a Laika durante el viaje a la capital rusa es una visita obligada.