Más del 20 por ciento de los niños canarios padece ojo vago, pero la mitad está sin diagnosticar, algo especialmente preocupante porque se trata de un problema que sólo se puede corregir antes de los siete años, afirmó este sábado el especialista José Augusto Abreu durante la clausura del 83 Congreso Nacional de Oftalmología celebrado en Gran Canaria.

Este experto, que ha coordinado las VI Jornada Nacional de Oftalmología Pediátrica, destacó que el problema más importante en estos momentos está en detectar los casos de ambliopía u ojo vago, porque si no se trata a tiempo, la falta de visión será irrecuperable, lo que además conlleva riesgos en el futuro, porque un accidente en el otro ojo convierte al paciente en discapacitado visual de por vida, alertó.

La visión apenas existe al nacer y comienza a desarrollarse a medida que recibe estímulos, pero algunos factores como el estrabismo congénito o la miopía, hace que un ojo no se sea usado y no desarrolla su capacidad.

"Ver bien es un ejercicio"

que se realiza fundamentalmente los tres primeros años de vida con posibilidad de recuperación hasta los siete, y la que se logre desarrollar antes de ese momento ya no se perderá, por ello la "lucha está en el diagnóstico precoz", insistió.

Otro de los factores que influyen es la herencia, por eso, si en la familia hay algún miembro que padece miopía, estrabismo u ojo vago, Abreu pide no esperar al mal rendimiento escolar para llevar al niño al oftalmólogo.

Estos niños pueden incluso presentar un desarrollo síquico anómalo cuando realmente su problema es que no se adapta bien al entorno porque no ve bien, no juega igual que los demás niños, y hasta son tratados como torpes.

En general, los niños de Canarias gozan de buena salud visual porque, de hecho, entre el 70 y el 80 por ciento de los escolares no necesita usar gafas y tienen una buena visión.

Sin embargo, Abreu hizo hincapié en el incremento de los accidentes, sobre todo entre la población inmigrante, debido a quemaduras por comida caliente que le cae en la cara mientras se cocina o por acción de líquidos peligrosos, entre otros.

El oftalmólogo pidió incrementar los cuidados y evitar elementos punzantes o pelotas pequeñas, pues un balón de fútbol impactará contra el hueso de la órbita, pero las pelotas de tenis o golf, al poder alcanzar el ojo, pueden romper la retina y causar "un desastre irrecuperable".

Los accidentes han aumentado por la falta de información entre la población inmigrante, aunque el especialista esperó que progresivamente aumente su nivel de conocimiento y su acceso a las recomendaciones de las instituciones y el índice de intervenciones quirúrgicas por esta causa vuelva a estabilizarse.

También debido al incremento de la población inmigrante se detecta mayor índice de nacimientos prematuros en Canarias y por ello patologías como los problemas de bebés en la vía lagrimal.

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