Las enfermas, perfeccionistas, exigentes con ellas mismas, han sentido "dolor" al ver la campaña publicitaria de Oliviero Toscani para una firma de ropa.

Tras la aparición en grandes vallas de la imagen extremadamente delgada de la modelo Isabelle Caro, una campaña que respalda el Ministerio de Sanidad en Italia, difundida por los medios de comunicación, y rechazada aquí por asociaciones médicas y publicistas, el debate ha llegado a los centros terapéuticos, y ha despertado indignación.

Laura Sanjurjo, de 28 años, ingresada en un hospital barcelonés afirma que esa imagen "pondrá los pelos de punta a la gente sana, le dará lástima, pero hay otras personas en fase incipiente de esta enfermedad que la van a utilizar como un prototipo". "Con lo competitivas que somos, nos lo ponen en bandeja".

Alguien colgó la fotografía en el centro que tiene en Cabrils (Barcelona) el Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA), pero lo retiraron -explica-. Ella ha visto la imagen por Internet, acompañada de su terapeuta, y leyó alguna noticia.

Licenciada en Económicas, con un máster de dos años terminado "y otro en camino, cuando salga de esto", Laura entró en el túnel con su hermana gemela, ingresada en otro hospital del ITA en Barcelona, y con la que no tiene comunicación, por consejo de los médicos que tratan a ambas.

Han pasado seis semanas desde su ingreso y está motivada en su recuperación, con ganas de salir, aunque desconoce su peso actual: "forma parte de la terapia", explica esta Canaria, muy crítica con los responsables de la campaña.

"No han analizado las consecuencias que puede acarrearnos".

"Estamos sumamente dolidas", afirma, por el poco respeto que hay en esa imagen, "prueba de que la sociedad no ha tomado conciencia de la gravedad y el sufrimiento de la enfermedad".

Ella ve en la modelo alguien "triste, infeliz, que ha perdido las ganas de vivir", y considera el anuncio totalmente contraproducente, porque hay otras maneras de prevenir: "mientras existan en las tiendas marcas de la talla 32, muchas chicas lucharán por embutirse en ellas".

ME DERRUMBE Y LLORABA

"Al ver la imagen de Toscani me sentí herida. Por la noche me derrumbé y lloraba, por todo lo que removió", dijo a EFE Cristina Trilla, de 25 años, estudiante de sexto de Medicina, que acaba de publicar su historia en un libro, "Hoy he decidido dejar de comer".

"La anorexia no es eso", argumenta. "No es estar extremadamente delgada, es un problema psicológico de falta de autoestima, de ilusiones, de no creer en ti misma... exteriorizado a través de la comida y el cuerpo".

La fotografía es impactante -agrega- "pero se olvida a la persona que hay detrás. Una chica anoréxica con un nombre, una historia, que necesita ayuda, esté como esté. El grado de sufrimiento no se mide en kilos".

Considera que no es habitual exhibir tu cuerpo de esa forma, "yo me escondía porque la gente ve tu enfermedad, me sentía mal,...

Ahora veo que es necesario hablar de ello, pero de ahí a hacer un circo hay gran diferencia".

En general, enfermos y psiquiatras coinciden en que "lo que define la enfermedad no es el cuerpo, sino el sufrimiento de las personas", en palabras de Enric Armengou, de la Fundación para la prevención de la Anorexia y Bulimia (ABB).

A los que se han recuperado, la publicidad les recuerda el dolor pasado y a los que están en fase de afrontarla no les lleva a plantearse "qué estoy haciendo con mi vida, dejaré de hacer trampas con la comida, pido ayuda...", agrega el psiquiatra.

"La propia foto -analiza- es gallarda, no es de alguien sufriendo, por mucho que tenga una úlcera en el coxis. La mirada es desafiante. A nadie le dice: ánimo, salgamos de esto".

ATRACONES, VOMITOS

Esa imagen casi cadavérica no responde al perfil actual de la enferma con trastornos alimentarios, dijo a EFE Montse Sánchez, directora del ITA.

Se estima que hay 500.000 personas con patologías alimentarias, no con extremada delgadez, pero sí con incapacidad de seguir una vida normalizada, estudios, trabajo y autonomía.

Hoy el perfil más común es el de una chica de peso normal que utiliza el atracón, el vómito, tiene alteraciones de conducta graves, trastorno de los impulsos, ansiedad, conductas autolesivas,... No llega a esos extremos de caquexia, pero los síntomas entrañan una patología mental, explicó Montse Sánchez.

La anorexia, según la endocrinóloga Susana Monereo, tiene un riesgo y una tasa de muerte (el 8%) "más alta que cualquier enfermedad nutricional".

Un 30% de los casos se cronifica, un 25% se cura y el resto mejora considerablemente, añade la directora del ITA.

Es el problema de salud con mayor prevalencia en mujeres adolescentes y jóvenes, aunque cada vez aparecen casos a edades más tempranas y adultas, y en varones.

Algunos rasgos de personalidad -perfeccionistas, vulnerables, inseguros, con baja aceptación personal y dificultad para expresar las emociones- predisponen a estos trastornos. Además de los malos hábitos alimentarios y otros como vivir en familias muy exigentes y dependientes de la imagen.

"Está contrastado que una tendencia perfeccionista exagerada es un factor de riesgo", asegura Luis Rojo, responsable de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital La Fe.

La enferma de anorexia suele tener "una excesiva preocupación por los errores, se plantea unos rendimientos muy altos, a veces fuera de sus capacidades, los valora como éxito o fracaso y, como sus exigencias son tan altas, generalmente entiende que no le va bien".

GENETICA Y EXPERIENCIAS

Una investigación realizada entre 300 parejas de gemelos de la comunidad valenciana, que Luis Rojo expuso este jueves en el Congreso Nacional de Psiquiatría de Santiago de Compostela, pone de manifiesto que, en las mujeres adolescentes, el impulso a estar delgada, la insatisfacción corporal o el perfeccionismo están influidos por una interacción de factores genéticos y condiciones ambientales o experiencias individuales.

Para el estudio, y con el objetivo de determinar el peso de los factores genéticos y ambientales, se seleccionaron 150 parejas femeninas, más de la mitad gemelas idénticas, de un programa de prevención de la Generalitat Valenciana en el que han participado 80.000 escolares de entre 12 y 16 años.

La genética -explica Rojo- no es la única razón de los problemas alimentarios, "sino que estamos en una cultura en la que se favorece que se expresen estos trastornos".

La publicación de una imagen femenina ultradelgada, una modelo -aunque aparezca el lema 'no anorexia'-, "transmite que esto es permisible y la población insatisfecha con su cuerpo puede verse influida negativamente".

Por otro lado, estos enfermos, que en cierta medida están resolviendo a nivel corporal otras dificultades que tienen consigo mismos y en las interacciones sociales, pueden pensar "ahí está, se gana la vida, la miran,... se ha hecho famosa, y sólo falta que les des un bastión para que eso se haga real", concluye.

La mejor campaña sería plasmar imágenes saludables, enseñar a comer bien, opina Susana Monereo, encargada del control de peso en las modelos de Pasarela Cibeles, "pero eso no vende".