En el departamento de Cher (centro de Francia), indica hoy "Le Parisien", las carmelitas, que figuran entre los principales abastecedores de hostias del país, han elevado de golpe el precio en alrededor del 25 por ciento.

Las religiosas hicieron saber a sus clientes, a través de una revista especializada, que, como no habían querido repercutir en el precio de las hostias "los diversos aumentos sufridos desde 2002" y al constatar ahora que no cubren gastos, se ven "obligadas a aumentar las tarifas".

"Gracias por su comprensión", añaden.

Una de las carmelitas explicó al diario que empezaron a fabricar las hostias en el año 1617 y que actualmente subcontratan la fabricación a una comunidad de discapacitados.

"Nos hemos dado cuenta últimamente de que las revendíamos a la diócesis a un precio más bajo que el que pagamos", indicó.

Desde ahora, la hostia reservada al sacerdote que oficia se venderá a las parroquias por 0,80 euros la unidad.

Por cien pequeñas hostias blancas habrá que pagar 1,75 euros y 6,50 euros por un centenar de unidades destinadas a ceremonias excepcionales.