Si supiera la gente lo que hay de bien en el Ramadán hubiese deseado que sea el año entero Ramadán". Mohamed Mahmoud Saleh, director del centro islámico Mezquita del Rey Khaled de Las Palmas de Gran Canaria, explica -tomando las palabras del profeta Mahoma- que tras el ayuno diario que impone la festividad durante un mes hay tiempo para todo. "Para comer, para tener relaciones carnales... Para todo menos para hacer el mal". Más de 55.000 musulmanes, residentes en el Archipiélago, comienza hoy su tradicional fiesta.

Mahmoud explica que el Ramadán es tiempo de "felicidad" porque la dureza que impone el ayuno -del que están exentos los enfermos crónicos, los niños, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, las que tengan la menstruación y aquellos musulmanes que tengan trabajos duros- convierte al hombre es un ser "frágil", sin "fuerza para hacer el mal".

"Al rebajarse el alimento, el hombre se convierte en un ser más sosegado, humilde, más espiritual y, por tanto, más cercano a Alá", explica.

"Un mes bendito, en donde Alá da regocijo, nos protege de los demonios y nos da la fuerza para ahuyentar las dificultades del ayuno", añade.

Mohamed lo explica con un símil. "El Ramadán es como una estación de gasolina y los creyentes un automóvil. Al llegar a la estación te lavan, te cambian el aceite y te echan gasolina para continuar hasta el próximo Ramadán".

Los creyentes tomaron un desayuno frugal antes del amanecer para comenzar sobre las seis de la mañana el ayuno que durará hasta las 20.40 horas de la noche. Durante este tiempo no podrán beber, comer ni mantener relaciones sexuales.

Acabado el ayuno, que se realizara a diario, comienza la fiesta en la mesa de las familias musulmanas, quienes preparan tradicionales platos y se reúnen en familia durante el mes que dura el Ramadán.

Los musulmanes acuden también en estos días con más frecuencia a la mezquita para rezar una de las cinco oraciones que como creyentes deben realizar a lo largo del día.

La mezquita de Las Palmas de Gran Canaria, situada en el barrio de Guanarteme, contará estos días con un ulema y un predicador, expertos en Corán, que han venido especialmente desde Egipto para la festividad.

La mezquita estará abierta durante toda la noche del 26 al 27 de septiembre, momento en el que se celebra la "noche del destino" y se comparte el suhur, el pequeño tentempié para comenzar juntos el ayuno y que está compuesto por dátiles -siempre en número impar- y leche o zumo.

Según la tradición, fue en este día del Ramadán -periodo en el que Alá reveló todos los libros sagrados-, cuando trasmitió a Mahoma los primeros versículos del Corán, el libro sagrado para la comunidad islámica.

Mahmoud señaló que esperan que para el próximo Ramadán la nueva mezquita, para la que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ya ha reservado un espacio en Siete Palmas, cuente ya con la "primera piedra".