Y, al final, el dato. No siempre es posible hacer tangible el alcance de los problemas. Sin embargo, la directora de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), Zulima Fernández, ha puesto sobre la mesa una cifra demoledora que ayuda a comprender la distancia entre la universidad y la economía real: "El ochenta por ciento de las empresas del país no tiene ningún tipo de contacto con las universidades. Muy lejos del modelo japonés, donde la relación es tan normal como comer sushi, señaló ayer en Lanzarote Zulima Fernández, catedrática de Organización de Empresas en la Universidad Carlos III, en el primer día de las Jornadas de Presidentes y Secretarios de Consejos Sociales de las Universidades Públicas Españolas. En las jornadas se debate el papel que deben jugar los centros universitarios en la crisis.

"Somos dos mundos distintos que tenemos que conocernos mejor. La falta de sintonía es recíproca. Muchas veces no valoran el trabajo, pero también sucede que en muchas ocasiones no vendemos bien lo que hacemos", destacó la directora del Aneca. Los matices sobre este "divorcio", según la definición que le otorgó el rector de La Laguna, Eduardo Doménech, avivó la llama del debate. El presidente del Consejo Social de la universidad tinerfeña, José Miguel González, lanzó un aviso: "Si la universidad se queda encerrada en su torre de marfil tendremos una universidad decadente y nos hundiremos todos juntos". Zulima Fernández hizo una matización. "Nos flagelamos mucho, pero hay muchas empresas que no aprovechan el capital humano que les ofrecemos", señaló.

Además, Fernández defendió que la importancia de que transferir conocimientos válidos en cada momento para la sociedad no es incompatible con el papel de la universidad de generar conocimiento per se. En una línea de pensamiento similar, Valentín Pich Rosell, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas, recalcó que "una de las labores de la universidad es la independencia, la libertad de cátedra y el derecho a ir contracorriente. Es un papel básico para abstraerse de las ideas dominantes y actuar como conciencia crítica".

Pich Rosell, otro de los ponentes de ayer, se lamentó de las notables dificultades que en base a su experiencia personal existen para establecer una relación fluida y efectiva entre el ámbito universitario y el de la empresa por cuestiones relacionadas con los ritmos o la falta de claridad sobre lo que se demanda o lo que se puede ofertar.

Las jornadas de Lanzarote se cierran hoy con la presencia de los secretarios generales de Innovación y Universidades, Carlos Martínez Alonso y Màrius Rubiralta.