Un día el Sol se convertirá en un gigante rojo infernal y calcinará la Tierra. Fin de esta historia. Pero eso, como decían los galos sobre la posibilidad de que el cielo se quebrara sobre sus cabezas, no ocurrirá mañana. Hoy por hoy, el ardiente astro continúa siendo la fuente de la vida tal y como la conocemos. Pero, de cuando en cuando, la estrella alrededor de la cual giramos ruge y proyecta un descomunal aliento que pone a prueba las bases de la tecnología terrestre que han pergeñado esos seres humanos desarrollados, como la más ínfima de las bacterias, bajo su manto de calor. Aunque no se repare en ello, las tormentas solares producto de su actividad sísmica afectan a nuestro día a día de insignificantes invitados a girar en la gran noria del sistema solar.

El teléfono móvil no funciona. El cajero ha quedado temporalmente inhabilitado. El GPS nos da señales erróneas. Quizás sea el sol el culpable. Ocurre con cierta frecuencia. "La sismicidad solar tiene una influencia en la vida cotidiana", apunta Teodoro Roca Cortés, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, Decano de la Facultad de Física de la Universidad de La Laguna y uno de los 150 participantes en la IV Conferencia Internacional Helas, que reúne en Lanzarote a lo largo de esta semana a científicos procedentes de más de veinte países distintos. Su capital, Arrecife, se ha convertido en el lugar elegido para calibrar el instrumental existente y en proyecto de cara a auscultar el latido de las estrellas, empezando por la que dibuja a diario los amaneceres y atardeceres terrícolas.

El listado de problemas ha obligado a elaborar otro de posibles soluciones para predecir la sismicidad del Sol y actuar en consecuencia, por ejemplo modificando la posición de los satélites y las rutas aéreas o suspendiendo determinados servicios temporalmente para evitar averías y males mayores, entre otros ejemplos.

En la cita se han destacado las grandes aportaciones de las observaciones de las sondas Corot y Kepler, ya en activo, y de las que pondrán sobre la mesa la Picard y la SDO, cuyo lanzamiento está previsto este año. La NASA tiene previsto detallar la próxima semana los resultados de la Kepler en la búsqueda de planetas extrasolares. En cuanto a la SDO (Solar Dynamics Observatory), está diseñada para determinar la influencia del Sol en la Tierra. Será la primera misión del programa de la Nasa Viviendo con una estrella. A eso se reduce la humana existencia.