En plena vorágine, en medio de la carrera para que la candidatura de La Palma para albergar al supertelescopio europeo llegue ganadora, Francisco Sánchez desgrana los elementos que concurren en esta decisión europea. Se hallan ahora en juego factores estratégicos no sólo para la brillante astrofísica española, sino para la urgente diversificación económica de España y Canarias.

- Los gobiernos central y canario finalmente han alcanzado cierto acuerdo sobre el aporte financiero de la candidatura del IAC para albergar el nuevo megatelescopio europeo en La Palma. Ha ido bien, pero podía haber sido el fin de esa aspiración.

- Sí, estoy francamente contento de que haya habido por fin un entendimiento para que se presente una candidatura española al E-ELT [Telescopio Europeo Extremadamente Grande] que sea, en verdad, como dice el Ministerio [de Ciencia y Tecnología], "realmente competitiva". Aunque, por otra parte, es lo que esperábamos que sucediera porque, la verdad, es tan ventajoso para España y para Canarias en particular que este supertelescopio venga a La Palma que lo natural es que las cosas fueran así.

- Llama la atención que, por lo que sea, la oferta financiera, que es la clave, se concrete a última hora. Es inaudita tanta descoordinación o tanta dejadez...

- Sí, eso es así, pero no creo necesario, ante lo que es evidente, que yo lo subraye. Es obvio, no se entiende cómo una cosa tan importante es en el último momento cuando... eso habría que preguntárselo al Gobierno canario, que sabe cómo en reiteradas ocasiones lo ha intentado y sólo en este momento final, o a lo mejor como consecuencia de la campaña de prensa, se ha concretado [la ficha financiera].

- Bien, pues empecemos por el principio para saber de qué estamos hablando. ¿Qué representa este telescopio? ¿Qué cosas nuevas se podrán hacer con él? ¿Qué salto va a poder dar el curso global de la astrofísica?

- Perfecto, para que los lectores lo comprendan. Bueno, el año pasado los Reyes inauguraron el Gran Telescopio de Canarias, que es el telescopio óptico-infrarrojo mayor del mundo, y tiene 10,4 metros de diámetro. Ahora estamos hablando de otro de 42 metros de diámetro, una monstruosidad, que incluso tecnológicamente todavía están por resolverse algunos temas. ¿Cuál es el interés científico? ¿Qué mejora? ¿Qué va a añadir a lo que ya está? Pues mire, simplificando mucho, los telescopios son como un gran fonil, un embudo. La luz, que es la información, nos viene en forma de electromagnéticas del mundo exterior, se atenúa con el cuadrado de la distancia. Entonces objetos muy muy brillantes, grandes grandísimos, que están lejos lejísimos, no podemos ni verlos. Pero, además, los telescopios son las únicas máquinas del tiempo que existen.

- Aparte de la de H. G. Wells [novelista británico considerado padre de la ciencia ficción]...

- [Risas] En efecto. Porque cuando decíamos que vemos a una galaxia que está a cinco mil millones de años luz estamos diciendo también que la luz que nos llega hace cinco mil millones de años que se dio. De modo que profundizar en la lejanía es retroceder en el tiempo. Y nosotros queremos saber cómo se formó este universo increíblemente grande y energético; queremos reconstruir la historia del tiempo porque a los humanos nos importan mucho las esencias y queremos saber dónde estamos, quiénes somos, de algún modo. Y con el nuevo supertelescopio se va a poder llegar mucho más atrás, se va a poder hasta las primeras galaxias, cómo se están formando, las primeras estrellas, y hasta planetas que siguen como la Tierra. Pero sobre todo nos importa mucho saber si estamos solos en el Universo.

- ¿El supertelescopio contiene las condiciones de posibilidad para averiguar por fin si estamos solos en el Universo?

- Claro. Trataré de explicarlo. Los planetas no tienen luz propia y menos aún los que tienen vida, pues si la estuvieran estarían ardiendo, como el sol, a millones de grados, un gran horno. Son las estrellas las que tienen luz y en torno a ellas hay planetas. Para que éstos tengan vida han de estar lo suficientemente alejados y, de hecho, se ven sólo por luz reflejada. Es como si tuviéramos a Nueva York ardiendo, en un barrio encendemos un fósforo y queremos verlo en medio del gran incendio. Cuanto mayor sea el diámetro del telescopio, más se podrá ver con detalle más lejos. Bien, pues este gran telescopio permitirá acercarnos a planetas que puedan tener vida. Y, como sabemos los rasgos que determinan la vida, porque emitimos muchas cosas al espacio, podremos determinar en las estrellas cercanas si hay algún planeta que pueda albergar vida. Eso hasta ahora no se podía. O no lo podíamos saber, al menos. Con el Gran Telescopio de Canarias lo estamos intentando, pero nos quedamos en el límite, a lo mejor. Y con los satélites tampoco se puede, no es posible colocar en órbita telescopios tan grandes. Con el nuevo [E-ELT], sin duda se podrá determinar si hay vida.

- Entonces la novedad es espectacular. Es más, la nueva generación de telescopios inaugura una nueva carrera espacial.

- Bueno, es que no es una carrera a ver quién hace el mayor telescopio, sino a ver quién consigue saber más del Universo. Es una competición científica en la que ya están los países avanzados. Estados Unidos, tratando de hacer los suyos. Y Europa, igual. Los americanos están fabricando dos: uno lo van a poner en el sur de Chile y el otro, de treinta metros, el más grande, en Hawai [en el hemisferio norte].

- Pues eso es un argumento a favor de Canarias frente a su competidor, Chile, para colocar al supertelescopio europeo. Que EE UU haya elegido el hemisferio norte para el principal, donde también está Canarias.

- Sí, es que Chile llegó a decir que el hemisferio sur era más interesante que el norte, cuando en congresos internacionales hemos podido demostrar que son tan interesantes uno como otro, sin distinción. La prueba, en efecto, es que EE UU coloca el principal en el norte. Y Europa debería hacer lo mismo, olvidarse de la distinción norte-sur y darse cuenta de dónde conviene poner el supertelescopio europeo; y lo más importante, si se puede poner. Desde el punto de vista técnico-astronómico las condiciones en Chile y La Palma son equivalentes, en unos parámetros un lugar está un poco mejor y en otros un poco peor.

- Pues si hay empate técnico, es ya una decisión política.

- Política y económica. Entonces, es muy importante que los que gobiernan -porque los parlamentos se han manifestado a favor, incluso la Eurocámara por unanimidad ha votado que esté en La Palma- actúen en consecuencia. Además, en una situación de crisis como la actual sería muy difícil explicar que una inversión de tal calibre se haga fuera de Europa, siendo La Palma el único punto europeo que reúne las condiciones para ello.

- Pero, vamos a ver, ¿la ESO [organismo internacional que decide la ubicación] no está formada por países europeos? ¿Entonces cuál es el problema?

- La ESO es la organización europea para la investigación astronómica en el Hemisferio Sur [austral], con base en Múnich. E inicialmente instaló sus primeros telescopios en Chile porque era el sur. Ahora son los que gestionan el nuevo telescopio, cuya ubicación no está ahora restringida a un hemisferio en particular. Pero están tan acostumbrados a Chile que se nota una clara tendencia a ponerlo en ese país. Lo que pasa es que les ha salido un competidor muy fuerte [Canarias]. Y, además, la apuesta de los gobiernos de España y Canarias de añadir financiación es muy importante, porque la oferta de Chile no tiene dinero. Y naturalmente EE UU [el competidor de Europa] sí lo tiene, aun- que no la totalidad. En realidad, tanto a Europa como a Estados Unidos les falta un tercio [de la financiación necesaria]. Sin embargo, si el nuevo telescopio europeo se decidiera poner en Canarias y España añadiera por ello la suma que baraja para su oferta, se completaba [la suma]. Y el telescopio europeo podría comenzar a construirse ya, mientras que el norteamericano ni se sabe. La gran ventaja estratégica europea es que si se hace en La Palma podremos ser competitivos y llegar antes que los americanos por una vez. Si se pone en Chile en cambio, tampoco se sabe cuándo se construirá.

- Pero si la financiación la ponen básicamente países de la UE y España además preside el semestre europeo, la capacidad de influir es muy alta.

- Mire, en la presidencia europea el único mandato expreso hecho al Gobierno español por el Congreso de los Diputados es que logre para La Palma el nuevo telescopio europeo. Y espero que el Gobierno español esté haciendo el lobby correspondiente y esté explicando las ventajas que tiene ponerlo en La Palma.

- Otra cosa que ha dicho la ministra es que, vale, se pondrá el dinero, pero el IAC debe pasar el examen técnico de la ESO, demostrar que ha hecho los deberes, y que es acreedor.

- En Canarias hace 30 años que hay telescopios. Y estamos seguros de nuestros datos. Y, además, se mantienen. En cambio en Chile, y hace nada, en los sitios que se están proponiendo para el nuevo telescopio se están aún tomando datos. O sea, se están comparando cosas no comparables. Canarias tiene una enorme experiencia en datos, y los hemos dado todos. Son conocidos. En cambio no sabemos qué datos está aportando Chile, en eso hay oscurantismo por parte de ESO, no se sabe qué datos de Chile valora para decidir la ubicación del telescopio.

- Otra cosa. La astrofísica es actualmente la estrella de la ciencia española. Y quizás lo único en primera división, ¿no?

- La astrofísica española nace en Canarias cuando no había nada [en España]. Y el desarrollo de la astronomía se ha hecho con el peaje que pagaban otros países por utilizar el cielo de Canarias [a través de las instalaciones del IAC]. Lo primero que costó dinero fue el Gran Telescopio de Canarias. Gracias al peaje la astrofísica española ha florecido de tal modo que hemos pasado de no estar a ser una potencia, a estar entre los 8 primeros. En concreto, si la contribución media de la ciencia española a la mundial es del 2 %, en astrofísica llegamos al 7 %. Y en construir telescopios estamos entre los cuatro o cinco.

- Esa otra dimensión es crucial. Más en un momento en que hace falta diversificación económica y es difícil concretarla.

- Importantísimo porque ahí está todo un desarrollo tecnológico, una nueva industria. Mire, con el Gran Telescopio de Canarias eso ya se buscó y se consiguió, de modo que el 70 % fue diseñado y construido por empresas españolas. Y, de hecho, del diseño del nuevo telescopio europeo son empresas españolas las que se llevan las licitaciones. Imagine si éste se pusiera aquí el nivel de especialización internacional que las empresas españolas adquirirían. Hasta en La Palma están saliendo empresas de mecánica normales que hacen ya cosas atrevidas de tecnología mecánica para el Gran Telescopio de Canarias.

- ¿Tiene datos potenciales?

- Sí. Mire, en la hipótesis más conservadora el E-ELT podría suponer un incremento del valor añadido bruto, incluyendo el efecto inducido sobre la economía, esto de lo que hablamos, de casi 720 millones de euros para Canarias y más de 1.100 para toda España. Y en cuanto a los empleos, directos e indirectos, se crearían 750 puestos anuales a jornada completa en España durante los ocho años de la construcción, la mitad en Canarias, y unos 700 puestos durante los treinta años de vida prevista del telescopio. Son un gran retorno.

- Y la industria canaria que se dedique a esto no será cautiva de un mercado local, como pasa con la agroalimentaria.

- En efecto, su mercado será el mundo mundial. Es lo opuesto. Pero, de entrada, ya sólo para construir el nuevo telescopio harían falta empresas aquí trabajando, es que son más de mil millones de euros la inversión, y luego el intenso mantenimiento.

- Ojalá con el AIC en La Palma y la Plataforma Oceano-gráfica en Gran Canaria no pase como con la desalación, que las Islas fueron pioneras pero luego dejaron que todos las adelantaran...

- En efecto, ahora volveríamos a tener dos oportunidades, con estos dos polos de alta tecnología. Es una oportunidad única de diversificación económica, y por eso el Gobierno canario se lo está tomando tan en serio.

- Un tema añadido, por último, es el turismo astronómico.

- El IAC lleva años pujando por el turismo de las estrellas. Hay mucha gente aficionada en el mundo, y viajan con este motivo. Hemos logrado constituir una fundación. Y con la Unesco y la Organización Mundial del Turismo (OMT) se ha creado la Iniciativa Starline, con la que se está expidiendo una certificación oficial de destinos turísticos de cielos limpios, que son un poco como la bandera azul de las playas.