"Es innegable que en algunos lugares de China los derechos legítimos de estos trabajadores (los inmigrantes rurales) son violados", pero el Gobierno y el Partido Comunista chinos "han puesto en marcha medidas a diferentes niveles para evitarlo", dijo hoy el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Qin Gang.

Según afirmó la subdirectora de AI para Asia, Catherine Baber, "el llamado ´milagro´ económico de China se cobra un terrible coste humano" y "los campesinos emigrados a las ciudades padecen algunos de los perores abusos laborales".

Sobre estos comentarios, Qin consideró que Baber "no es profesional" y afirmó que "son infundados y parciales".

AI publicó hoy un informe según el cual los millones de campesinos chinos que emigran a las ciudades para buscar trabajo sufren explotación laboral y discriminación en ámbitos como la educación, la vivienda y la salud.

"Son obligados a trabajar horas extra, con frecuencia se les niega la posibilidad de no acudir al trabajo cuando están enfermos y trabajan en condiciones laborales peligrosas por salarios irrisorios", señaló Barber en una nota de la organización.

En el acelerado proceso de industrialización y urbanización chino, 150 millones de campesinos se han trasladado a las grandes ciudades, donde suelen trabajan en sectores como la construcción o la limpieza, en condiciones muchas veces precarias como se puede observar en un simple paseo por cualquier ciudad del país.

China suele responder a los informes de AI acusándola de actuar de mala fe, carecer de pruebas y tener intenciones políticas.

Al igual que otras organizaciones no gubernamentales, AI no ha sido invitada por el Gobierno chino a asentarse en el país, por lo que no puede actuar de manera legal, y su página web es totalmente inaccesible desde territorio chino a causa de la censura.